PISA: el asombroso éxito de Madrid

Frente al desastre educativo español destaca el éxito de Madrid tras imponer cambios que han logrado situar a los alumnos de la Comunidad por delante de la OCDE, de la UE y de países como Austria, Dinamarca, Irlanda, Noruega, Polonia, Portugal, Rusia o Suecia.

El alumnado español está a la cola de la OCDE en matemáticas y comprensión lectora, y ahora también en resolver asuntos cotidianos como comprar un billete de tren o programar cualquier tipo de máquina del hogar.

Los españoles ocupan el puesto 29 entre los 44 participantes en la prueba, y el 23 de los 28 países de la OCDE.

Pero Madrid está 30 puntos por encima de la media española, supera en 10 a la UE, en 7 a la OCDE; además, supera en 19 puntos a Cataluña y en 11 al País Vasco, las otras dos comunidades con datos propios.

Consigue también más estudiantes excelentes que la media de la OCDE, y supera a EEUU, Francia o Italia.

¿Cómo es posible?, le pregunta el cronista a la Consejería de Educación, que contesta que, inicialmente, se debe a la creación de pruebas de evaluación externa CDI (Conocimientos y Destrezas Indispensables), contra las que lucharon denodadamente sindicatos e izquierdas con sus “Mareas Verdes”. 

Luego, la creación de denostadas Aulas de Excelencia, el Programa bilingüe en inglés, que de momento alcanza a 600 centros, la Ley de Autoridad del Profesor y la implantación de la zona única de escolarización, con libertad de elección de centro.

Además, mayor autonomía para los centros; el Plan Refuerza en Secundaria, el programa de la FP Dual con beca/salario para los alumnos, y el cambio normativo para la selección de los mejores maestros, también rechazado por las, ahora se comprueba, reaccionarias “Mareas Verdes”.

Quizas los agentes de movilidad de Madrid, que no son policías, sino auxiliares sin armas, se ensañen con Esperanza Aguirre tratando de humillarla por aparcar mal su utilitario, reteniéndola innecesariamernte por orden de sus sindicatos crecientemente reivindicativos.

A lo que ella respondió este jueves, tras aceptar la sanción con torpe e inesperada emotividad porque ya no tiene poder ejecutivo, marchándose sin esperar la llegada de las televisiones tras tirar con su defensa una moto sin nadie montándola.

Pues a ella se le deben estos cambios en la enseñanza, mucho más importantes que cualquier discusión de tráfico sin consecuencias.

Ah, sí, uno de los agentes se puso nervioso,  y acudió a urgencias para bajar la tensión con ansiolíticos.

Como para fiarse de agentes sindicalizados, que quieren su momento de gloria televisiva,  y con tendencias histéricas.

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SALAS