Hoy os recomiendo las piscinas en Leça de Palmeira diseñadas por el arquitecto Álvaro Siza en 1966, unas piscinas de agua salada situadas en contacto directo con el mar sobre un macizo rocoso, en la playa de Matosinhos, Oporto.
Sin modificar el terreno, generó las piscinas con la mínima intervención posible. Los muros de las piscinas se extienden hacia el mar y se funden con la roca natural y el nivel del agua está estudiado de tal forma que los bañistas no puedan casi distinguir donde termina lo artificial y donde empieza lo natural.
El complejo incluye dos piscinas, una cafetería y los vestuarios, donde las construcciones están dispuestas en bandas paralelas bajo el nivel del paseo marítimo resultando escasamente visibles, siendo muy respetuosos con su entorno inmediato.
Los muros bajos, los escalones y los bordes de las piscinas hacen ligerísimas incisiones en el paisaje y proporcionan una transición gradual desde la línea rígida del muro del paseo hasta los fluidos limites del mar.
Una serie de muros de hormigón visto, interiores de madera oscura, cubiertas de cobre y las rocas existentes conforman los lugares de estas piscinas. Estos materiales también juegan un papel muy importante en el proyecto, haciendo que sus colores y texturas, al igual que los de la naturaleza, estén en constante cambio según las estaciones, las mareas, el clima, etc.