No salgo de mi asombro con las triquiñuelas que se busca la gente a la hora de robar, falsificar y -en definitiva- tangar a los demás.
Puedo aceptar que me lleguen un montón de emails al día pidiéndome datos o dándome la enhorabuena por ser "el cliente 1 millón" y que por ello me corresponden x miles de euros. Entiendo que mi email se inunde de Spam de dudoso interés comercial para mi... y doy las gracias a los algoritmos de detección de spam y pishing (suplantación de identidad) desarrollados por los principales gestores de correo electrónico (yo uso Gmail), porque me ahorran un montón de tiempo.
El problema no soy yo. El problema es la gente que no está seguro qué es verdad y qué es fraude. Sobre todo si te llega -como acaba de llegarme- por Linkedin, una red de contactos profesional que -a priori- debería estar libre de este tipo de cosas.
Pero no... y para muestra el mensaje por Linkedin que me envía este individuo al que por supuesto he bloqueado y reportado como spam a Linkedin para que no haya otros usuarios a los que pueda sacar sus datos a cambio de una promesa de "herencia" a cobrar por muerte de un tipo que supuestamente es familiar tuyo.
Patético... el fraude se está profesionalizando... y yo con estos pelos!!!!