¿Un piso de sólo 38 m², con paredes grises y con una cocina pintada de negro puede parecer grande? Si que puede. Por supuesto es importante que haya un par de grandes ventanales que atrapen el máximo de luz natural, pero está claro que los colores oscuros en el interior, no están reñidos con los espacios pequeños, al mini piso de hoy me remito.
La cocina tiene un montón de armarios para almacenar utensilios y accesorios y una superficie de trabajo que se extiende hacia el luminoso salón. Al estar separada del dormitorio por una gran cristalera se beneficia de la luz que entra por la ventana, una gran idea para este tipo de viviendas.
Bonitos remates por todo el piso, amueblado con piezas que se ajustan al tamaño de la planta y armonía en colores y texturas resultan en un espacio cómodo, confortable y acogedor. Espero que os guste, ¡feliz jueves!
Vía: Skandia Mäklarna