El descubrimiento sugiere que la falta de oxígeno podría explicar por qué los bebés que duermen en esta posición están en mayor riesgo del síndrome de muerte súbita del lactante mientras duermen: Sus cerebros podrían estar en menor capacidad de despertarlos cuando están en peligro al no respirar.
La investigación también respalda las recomendaciones actuales sobre la prevención del SMSL que sugieren que los bebés deben dormir boca arriba. "Para muchos padres, es importante saber por qué algo funciona antes de hacerlo. Si podemos establecer esta relación, entonces podemos decirles que si acuestan al bebé boca abajo su cerebro no recibirá suficiente oxígeno y esto ayudará a que los padres entiendan por qué no deben hacerlo", apuntó la Dra. Rachel Moon, pediatra del Centro Médico Naiconal Infantil que estudia el síndrome de muerte súbita del lactante.
Este trastorno está documentado desde tiempos bíblicos, que en la literatura anglosajona se llamaba "overlaying", es decir cuando los orificios respiratorios del bebé quedan comprimidos por el cuerpo de una persona con la que comparte la cama, explicó la coautora del estudio Rosemary S.C. Horne del Centro Ritchie para la Investigación de Salud del Bebé del Instituto Monash de Investigación Médica en la Universidad de Monash en Melbourne. Desde la década de los sesenta hasta la de los ochenta, aumentó el número de casos de SMSL porque se animaba a los padres a acostar a los bebés boca abajo, apuntó Horne.
"Esto se recomendaba porque se demostró que los bebés prematuros que estaban enfermos respiraban mejor en esta posición", señaló. "Fue un caso en el que se cambiaron las prácticas de cuidado infantil sin evidencia científica suficiente para hacerlo. En todo el mundo, la mayoría de los bebés duermen boca arriba e incluso se acuestan en esta posición en aparatos como una tabla-cuna portátil para transportar al bebé".
En el nuevo estudio, los investigadores australianos buscaban comprender mejor lo que sucedía cuando los bebés dormían boca abajo y por qué tenían un mayor riesgo de no despertar si algo iba mal, por ejemplo, cuando un bebé deja de respirar por un tiempo.
Los investigadores evaluaron a los 17 bebés en diferentes momentos durante sus primeros seis meses de vida cuando dormían boca arriba o boca abajo. Por razones de seguridad, los bebés fueron estudiados en un hospital y estuvieron monitorizados en todo momento durante el estudio ya que su frecuencia cardiaca y saturación de oxígeno se registraron de manera continua", señaló Horne.
Los investigadores encontraron que los niveles de oxígeno en el cerebro descendían cuando dormían boca abajo. Esto podría explicar por qué los bebés que duermen boca abajo son tres veces más difíciles de despertar que otros bebés, señaló Horne. Una investigación anterior demostró que estos bebés también tienen una presión arterial más baja, aunque los especialistas difieren en cuanto a qué es lo importante.
"Lo que todavía sigue siendo un misterio es por qué algunos niños son más vulnerables que otros", apuntó Horne. "La mayoría de los bebés no mueren ante una situación peligrosa para la vida. Estamos tratando de entender todos los procesos implicados para poder identificar cuáles niños son los más vulnerables".
Desde | HealthDay News/HolaDoctor
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