Nos están desangrando. Cuando estemos hechos unas piltrafas económicas, al estilo de Grecia, entonces actuarán, y nos pedirán más sacrificios. Mientras tanto, Merkel –la culta presidenta alemana que quiere que Rusia sea también de Alemania— y los Mercados nos van sacando el jugo hasta que nos quedemos secos. Entonces vendrán y dirán que para salvarnos debemos hacer más sacrificios. Por ejemplo, entre otros:
- Bajar las prestaciones de desempleo
- Ampliar más la edad de jubilación
- Disminuir el número de funcionarios un tanto por ciento
- Subir el IVA
- Aumentar los impuestos locales
Y todo eso no será para salvar a este país, sino para salvar el sistema financiero ese mismo que nos está aplastando.
Tanta prisa por hacer reformas, y resulta que se hace la sangrante reforma laboral porque era urgente para acometer el problema del paro y el paro sigue creciendo y no poco. Sin embargo, lo que se ha revelado que era urgente de verdad, la reforma financiera, no se ha hecho, y nos vemos obligados a tomar medias después de que Bankia y otras antiguas cajas y algún que otro banco estén hechos polvos por su mala cabeza.
El gobierno no ha tomado ninguna iniciativa. Lo urgente era joder a los trabajadores, no salvar el país. El cambio de modelo es su objetivo prioritario. No creen en el Estado del Bienestar y se trata de cargárselo. Mientras tanto, palían el problema financiero enchufando miles de millones de euros, sin rubor, según nos lo van diciendo los distintos bancos, y ya está. Al fin y al cabo, hay dinero para lo que se quiere. La demostración ha sido palpable.
No sé cuál será la altura necesaria que debe alcanzar la prima de riesgo para que nos rescaten. Hoy ha cerrado a 540 puntos. ¡Casi nada lo del ojo y lo llevaba en la mano!
Pero que quieren que les diga, visto lo visto lo mejor es que llegue el momento del rescate. Que nos salven. Porque será la única forma de que nos suelten la tela, aunque sea a un interés importante, pero al menos habremos terminado esta agonía, ¿o no?
Yo quiero ver el final de túnel, lo que no podemos aguantar es la incertidumbre diaria. Uno se levanta tan tranquilo, y ¡zasca! la prima de riesgo te tumba. Y cuando parece que baja, otra vez arriba. Es un sinvivir.
Por eso he decidido lanzar una campaña para que nos salven ya, de una puñetera vez y nos devuelvan la tranquilidad, aunque sea pagando, que de eso sabemos mucho. Y la mejor solución es sin duda, pitar, silbar a nuestro himno, a nuestras instituciones. Y si no que se lo digan al notable ministro de Exteriores, quien ha confirmado de buen fuente que parte de la responsabilidad de que la prima suba ha sido la pitada del partido de la Copa.
Por lo tanto, propongo viajes programados a Moncloa y a Zarzuela, pasando por los Ministerios de Educación y de Sanidad, y también por el Banco España. En cada parada los viajeros del autobús bajarán. Allí les estará esperando una banda que empezará a tocar el himno nacional. Y, entonces, todos empezaremos a pitar y silbar al himno y a la institución.
Sería conveniente que en ese momento, el rey, el presidente, y los ministros del ramo nos estuvieran esperando. Sería mucho más eficaz. Y seguro que de esta forma, la prima de riesgo llegará a los mil y quinientos puntos, por lo menos, con lo que Europa no tendrá otro remedio que rescatarnos.
Así es que la Merkel tendrá que dar su brazo a torcer y salvarnos. Y ya, como colonia alemana seremos felices –como en Grecia— y comeremos perdices.
Salud y República