El filósofo presocrático afirmaba que los números son el principio primordial de la constitución del Universo.
Ya pueden los separatistas proclamarse pitagóricos porque en ellos el número es también el origen de toda la miseria que nos hacen padecer. Si no tuvieran el número de diputados imprescindible para la mayoría absoluta y el enorme poder que eso significa en una democracia, no los conoceríamos, nada sabríamos acerca de su vida y milagros. Nos ahorraríamos la matraca diaria en los medios, que ocupan sus primeras páginas o imágenes con lo que ocurre en Cataluña; no nos informan de lo que pasa en Castilla, Extremadura o Galicia, todo el protagonismo y la proyección publicitaria es para el tema catalán.
Una buena ley electoral que no facilite la fragmentación parlamentaria acabaría con este problema, nos libraría de ellos.
¡Que alguien la haga, por caridad!