A veces hay que ser un poco bestia para llamar la atención de la gente y concienciar de las cosas a aquellos que no se dan por aludidos.
Ya pasó con los anuncios de la DGT de hace algunos veranos, donde alguna vez se traspasó la línea... pero con un objetivo único. Concienciar. Hacer ver a la gente de los riesgos de conducir a 180 km/h, mirando el móvil, etc, etc.
Ahora nos pasa igual con las medidas que como ciudadanos tendríamos que estar tomando para hacer frente de una manera más holgada a las consecuencias del Coronavirus. Quizás no en nosotros, pero si en nuestros mayores. Porque con este bicho no vale aquello de "a mi no me va a pasar nada". Vale, campeón... a lo mejor a ti no te pasa nada por ser un inconsciente, pero resulta que por tu irresponsabilidad puede infectarse mi madre o mi padre, o mi abuela...o mi hermana. Y ellos sí son grupos de riesgo, y os podéis encontrar en un museo, en una playa, en un restaurante o andando por la calle.
Y puede que les contagies. Y puede que les vaya mal. Y puede que se mueran. Y esto no es un juego, porque la irresponsabilidad de unos pocos, puede afectarle a otros que no tienen ninguna culpa de ello.