Jueves 2 de diciembre, 20:30 horas. Antigua "Plaza del Pescado" en Trascorrales (Oviedo): 10 aniversario de la "Copa de Navidad", organizada por la Asociación Asturiana de Empresa Familiar, con la actuación de Joaquín Pixán (tenor) y Mario Bernardo (piano).Tras el concierto de Albelo donde comentaba que para cantar Tosti como Pixán nadie, y no me ciega la pasión (de hecho está en YouTube© para comprobarlo), fui invitado a un acto privado donde precisamente mi admirado Juacu iba a interpretar con Mario a Tosti entre alguna obra más dentro de este "mini programa" que casi servía de ensayo general para el del próximo domingo en Bilbao aunque con Noelia Rodiles al piano.
En un entorno precioso y de buena acústica pero más para el verano (por la temperatura interior), tras algún que otro discurso obligado y necesario antes del evento musical y posterior coctail, comenzó el recital con el conocido tema del cubano Miguel Matamoros Lágrimas negras en la versión original menos escuchada, para seguir en la isla con Lecuona y Se fue, dos temas donde los arreglos de piano no hacen honor a la musicalidad y ambiente caribeño que sí consiguió el tenor cangués pese al frío del recinto. Sin abandonar "las Américas" pasamos a la Argentina de Borges con su poema musicado por Carlos Guastavino Milonga de los dos hermanos (en referencia a Caín y Abel) pero con ese toque tan especial del compositor porteño (del que adoro la Canción del árbol del olvido también en el repertorio de nuestro siempre admirado y recordado Alfredo Kraus) donde el piano ya alcanza el papel principal junto a la voz.
Y la razón personal del concierto estaba en las dos obras de Tosti, que pese a no estar bien vocalmente como anunció el propio Pixán (dejándolos además para la parte central del recital en vez del inicio según programa), siguen siendo únicas por su forma de sentirlo e interpretarlo: los pp increíbles, el rubato único perfectamente secundado por el piano de Mario, y ese "decir melódico" que subyace en todas las obras del de Ortona: L'ultima canzone (que también cantase Albelo) e Ideale, siempre flotando el espíritu de Kraus. El que dejo a continuación no es lo escuchado este jueves, pero sirva de muestra para los que aún no lo conozcan:
Pasada "mi emoción italiana" regresaba la parte popular, el sabor de la copla llevada a concierto como sólo Pixán es capaz de hacer en un excelente arreglo para piano del famoso pasodoble Te quiero, porque te quiero (Genaro Monreal) y el asturiano Nun te pares a mió puerta del turolense Antón García Abril, compuesto ex-profeso para el cangués (en el LP para muchos histórico de 1984 "Madre Asturias" nada menos que con la London Philharmonic Orchestra dirigida por Jesús López Cobos) y recientemente armonizado para piano por el propio compositor con Rosa Torres-Pardo al piano. Siempre digo que el folclore asturiano lo han entendido muy bien todos los músicos, y García Abril creo que dio en el clavo con estos catorce temas dignos de figurar en el repertorio de cualquier lírico para recitales como el de este jueves.
Para el "fin de fiesta" cantó en arreglo de Mario el conocido villancico Noche de Paz, y La salvaora del maestro Quiroga, en una versión que aprobaría el mismísimo Manolo Caracol porque Pixán la rehace probando las coincidencias entre el cante jondo y la asturianada llevada al terreno lírico.
Realmente un artista que siempre nos deja lo mejor de su buen hacer vocal, con el que espero disfruten el domingo en Bilbao y mis seguidores desde aquí.