El uso de la informática con fines lúdicos es tan antiguo como las propias computadoras, aparecidas durante la posguerra [1]. Sin embargo, su comercialización tuvo que esperar a que los avances tecnológicos abaratasen los costes: la primera máquina recreativa de videojuegos (arcade), Galaxy Game [2] (1971, Computer Recreations) no pudo amortizarse y sólo se convirtió en viable cuando se utilizó el mismo ordenador para controlar ocho consolas simultáneamente.
De izquierda a derecha: Ted Dabney, Pong y Nolan Bushnell
Fundada por Nolan Bushnell y Ted Badney en 1972, Atari lanzó ese mismo año el (Ping-)Pong -dos segmentos y un punto a modo de pelota-, el juego que impulsó la industria: en un par de años había 100.000 máquinas “arcade” [3] en Estados Unidos, recaudando más de 250 millones de dólares anuales. Atari impulsó también algunas de las primeras consolas domésticas, como la Telegames Pong (1975).
Malcolm Evans, padre del primer pixelsaurio: Monster Maze
El desarrollo del microchip permitirá desarrollar máquinas más potentes y económicas, tanto para los salones recreativos como para uso doméstico. El programador británico Malcolm Evans desarrolló para el Sinclair ZX81 (uno de los primeros ordenadores personales o PCs) el juego Monster Maze (1982), con gráficos elementales hechos de bloques de caracteres de baja resolución. Se trataba de huir de un T.rex en un laberinto. En una década hemos pasado de dos rayas y un puntito (casi morse) a terópodos hambrientos...
Mail Order Monsters
Ese mismo año, Trip Hawkins, un empleado de Apple, funda Electronic Arts. Paul Reiche III y Evan y Nicky Robinson idearon para la casa el juego Mail Order Monsters (1985), destinado a otro PC, el Commodore 64, aunque el siguiente año fue también comercializado por Atari. Se trataba de crear monstruos (con muchas plantillas dinosaurianas) con los que luego pelearnos con otro jugador o contra la propia máquina. Electronic Arts también publicó la saga Ultima, en cuya entrega Worlds of Ultima: The Savage Empire (1990, Aaron Allston y Steve Beeman para Origin) podemos encontrar dinosaurios, o Dinosaur’us y Adventure Pinball: Forgotten Island (ambas en 2001).
Pero los japoneses se harán pronto dueños del terreno. En 1978, la juguetera Taito había lanzado el juego arcade Space Invaders ("Los marcianitos" los llamábamos por aquel entonces, sin más), el videojuego de mayor éxito de todos los tiempos si tenemos en cuenta la inflación, según la Wiki. Fukio Mitsuji diseñó para Taito Bubble Bobble (1986), en el que las burbujas son el elemento central y que protagonizan dos dragones, según unos, dos dinosaurios con placas dorsales según otros (lo cierto es que no vuelan, ni escupen fuego ni tienen lengua viperina); también fue bastante popular, y generó decenas de secuelas [4].
Aparte de su capacidad lúdica, hubo quien supo encontrar las posibilidades didácticas del nuevo medio, como Ezra Sidran, que ideó para Britannica Software el juego educativo de ordenador Designasaurus (1988), que permitía crear y criar tu propio dinosaurio, y tuvo una secuela en 1990, para cuyo mayor rigor la casa contrató a dos paleontólogos como asesores.
En 1989, la nipona SNK Corporation lanzó Prehistoric Isle, en la que podíamos pilotar aviones de los años 30 para combatir contra los dinosaurios de “Greenhell Isle”, una isla ignota en el Triángulo de las Bermudas. Se produjo una secuela en 1999.
Prehistoric Isle: busca otra moneda
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[1] En 1949, Claude Shannon publicó el artículo “Programming a Computer for Playing Chess”. [2] Era una versión de Spacewar! (1962, Steve Russell), desarrollado en el Instituto de Tecnología de Massachussets, el primer juego de ordenador (PDP-1) de la historia. [3] El nombre proviene del término galo que designa las galerías comerciales, donde se colocaron las primeras máquinas. [4] Además, muchos personajes y piezas musicales de la saga fueron utilizados en el juego de emparejar fichas Puzzle Bobble (1994), que tuvo también varias secuelas e inspiró Dynomite! (2002, PopCap Games), con huevos de dinosaurios.