Placa Tenis – Dije de Oro de Alta Joyería

Joyería Flor de la Vida

Placa Tenis – Dije de Oro de Alta Joyería

Placa Tenis – Dije de Oro:

El tenis es el arte de la precisión, la estrategia y la elegancia en movimiento.
Originado en el jeu de paume francés del siglo XII y perfeccionado en Inglaterra durante el siglo XIX, el tenis se ha convertido en un símbolo de sofisticación, competencia y excelencia física. Cada golpe, cada saque, cada jugada, narra una historia de habilidad, concentración y pasión.

Nuestro dije «Placa Tenis», elaborado en oro de 18 quilates en tonos amarillo, blanco y rosa, rinde homenaje a este deporte noble y dinámico. La pieza presenta un grabado artesanal de un jugador ejecutando un saque perfecto sobre la cancha, capturando con detalle la energía contenida en ese instante decisivo.

Incluye una cadena de oro de 65 cm, que acompaña armónicamente la forma y peso del dije, asegurando una presencia elegante y poderosa.

Dimensiones del dije:
• Alto: 42 mm
• Ancho: 20 mm

Envío:

Todos los productos serán enviados a través del servicio de entregas DHL, con un seguro equivalente al valor del producto. El plazo de envío, a partir de su compra es de 7 a 15 días laborables, en caso de exceder este tiempo por razones especiales, nos comunicaremos con usted.

Hecho en Ecuador:

Nuestras piezas son fabricadas a mano en nuestro taller en Quito, Ecuador, donde cada joya es tratada como una obra de arte. Esta placa, como todas nuestras creaciones, refleja el equilibrio perfecto entre pasión deportiva y lujo artesanal.

Materiales Garantizados:

Las aleaciones de los metales preciosos son especialmente desarrolladas por el taller de Flor de la vida para asegurar la calidad y durabilidad. Revisamos y examinamos cada material que ingresa en taller antes de ser procesado. Garantizamos también la calidad de los Diamantes que utilizamos, con su repectiva certificación oficial GIA para diamantes mayores a 30pt.

El post Placa Tenis – Dije de Oro de Alta Joyería pertenece a Joyería Flor de la Vida y es escrito por Miguel Andrade