Revista Opinión
Place your bets fucking slaves! Será el eslogan principal en el estudio de la lengua inglesa. En matemáticas los niños de la ESO aprenderán a calcular probabilidades en el juego. Los objetivos de la ética y la moral se centrarán en saber discernir dónde se puede fumar y cómo se debe robar al Estado. De este modo en religión los niños aprenderán que la homosexualidad es una herejía y el aborto el peor de los crímenes. Por otra parte en literatura se repudiará la cultura catalana mientras Euskadi será un chiste en historia y la filosofía un tópico del deporte.
De esta manera imagino el pensamiento español de las nuevas juventudes de Wert. Una generación de valores vacíos cuya mejor virtud será recordar su propio nombre. Unos cuantos números más del sistema cuyos códigos mentales serán más fáciles de controlar. Una generación mucho más influenciada por los grandes medios de comunicación. ¿Y dónde demonios se formarán los mejores monos? Posiblemente en las mismas escuelas solamente que hagan un máster especial de cómo ser el más cabrón. Sin embargo esto no será del todo cierto, siguiendo las premisas de la historia y de nuestro presente los futuros líderes de nuestro país se habrán formado en las escuelas de élite, mientras que los obreros aprenderán la cultura de la calle en los guetos escolares.
Sin duda la explotación en el trabajo dejará a los padres sin energías para querer a sus hijos, dispuestos incluso a cambiarlos por fichas en el casino Eurovegas. Los "minijobs" será la realidad manipuladora para hacer creer a la juventud de que poseen independencia, valía y bienestar. Y para aquéllos que creen sentirse un poco diferentes respecto a la nueva manada mucho más aborregada no tardarán en ser desterrados. El sistema no los quiere porque no son números que indiquen beneficios en la productividad sino números negativos que influencian negativamente en la sociedad.
Evidentemente los políticos serán aún mucho más cínicos porque de lo contrario también serán parte del problema. Este sistema creado por la burguesía para la burguesía es todavía demasiado joven. Algunos creen que está corrupto, pero yo creo que la corrupción es su naturalidad puesto que este sistema es así y no de otra manera. Para aquellos inocentes de Disney que denuncian ahora la corrupción no se han enterado aún a quién pertenecen. Si bien he dicho antes que la normalidad o naturalidad es corromper y ser corrompido, es necesario pensar que el futuro imaginado aquí y ahora, el verbo corromper será materializado por Ley y no por placer. Aquéllos que dicen ser honrados serán olvidados y aquéllos que quieren ser honrados mañana, serán repudiados, amenazados, extorsionados, castigados sin beber Coca-cola y desterrados del paraíso terrenal.
Este futuro tan radical que acabo de imaginar no es del todo imposible ya que nuestro presente comparte muchas similitudes. La única diferencia del imaginario a la realidad actual es que hoy día el sistema se le enmascara con la bondad y la justicia de una falsa democracia, mientras que en este futuro imaginado no necesitará del cinismo y de la hipocresía para sobrevivir. Bienvenidos todos y cada uno de nosotros que hacemos posible la construcción de este complaciente futuro otorgando a través del silencio, nuestra complicidad.