Revista Humor

Plagio My Sweet Lord

Por Jerjes Ascanio
George Harrison lanzó All things must pass, el tercero de su discografía. Ascendió rápidamente a las altas posiciones de los ránkings en Reino Unido y Norteamérica. Mientras en su país fue el álbum más vendido, en Estados Unidos estuvo siete semanas seguidas liderando el Billboard Top 200.
“My sweet lord” fue la más llamativa con su suave rasgueo de guitarra y las distorsiones inspirada en su viaje a la India y las alabanzas al Dios Krishna mezclado con “Aleluyas”.
La primera versión del sencillo fue publicada en septiembre de 1970, en el disco Encouraging Words de Billy Preston, amigo del beatle en Apple Records. Juntos trabajaron en esta canción de gospel moderno basada en “Oh happy day” de Edwin Hawkins Singers que Harrison quería concretar.
Tras escuchar el resultado final de “My sweet Lord” al estilo de Billy Preston, el británico decidió grabar su propia versión, más cercana al pop. Fue esa la que llegó a los primeros lugares y sonaba en diversas radios con el nombre de Harrison diferenciándose del cuarteto de Liverpool.
Sin embargo, en 1976 el hombre de “Isn’t it a pity” fue acusado de plagio. Ronnie Mack, músico autor de “He’s so fine”, famosa canción del grupo femenino The Chiffons, aseguró que la melodía era la misma.
El cantautor fue a juicio en 1976 y, si bien se defendió dando el nombre de la canción que lo inspiró desde un principio (“Oh Happy Day”), fue considerado culpable por el juez, quien dictaminó que George Harrison cometió “plagio inconsciente”...

Volver a la Portada de Logo Paperblog