Los niños con aplastamiento de un lado del cráneo, lo que se conoce como plagiocefalia deformativa (PD), siguen teniendo retrasos del desarrollo en los primeros años de vida.
Muchos pediatras consideran que la PD es un problema cosmético, pero "cada vez más evidencias sugieren que esos bebés corren alto riesgo de tener retrasos del desarrollo", indica en Archives of Pediatrics and Adolescent Medicine el equipo del doctor Brent R. Collett, de la University of Washington.
Y la PD es común, dijo Collett a Reuters Health: equipos de Nueva Zelanda y de Holanda informaron que la padecen el 20 por ciento de los bebés.
Hace tiempo, el equipo comparó 235 bebés con PD con 237 sin el trastorno y los primeros rindieron menos según las escalas de Bayley (BSID-III); las diferencias más significativas surgieron en el desarrollo motor.
En el nuevo estudio, los autores informan los resultados de la misma cohorte a los 18 meses de edad (227 niños con PD y 232 sin la deformación).
Nuevamente, los niños con PD rindieron menos que los chicos sin PD en todas las escalas de BSID-III y fueron mucho más propensos a entrar en la categoría "con retrasos".
Los autores escribieron: "la magnitud de esas diferencias fue clínicamente significativa, entre un tercio y dos tercios de una desviación estándar".
La mayoría de los participantes rindieron dentro de los rangos normales de las escalas BSID-III, destacaron los autores, mientras que pocos reunieron los criterios clínicos de retraso del desarrollo.
Collett agregó que, de algún modo, eso se podía esperar porque los niños con problemas graves del neurodesarrollo quedaron fuera del estudio y la muestra tenía en general un nivel socioeconómico "bastante alto".
Según los resultados, dijo Collett, los pediatras de niños con PD "deberían evaluar un poco más el desarrollo y controlarlos en el tiempo".
Los autores aclararon que los resultados no prueban que la PD retrase el desarrollo, sino que serviría como un signo temprano de riesgo.
"Los problemas neuromusculares sutiles limitarían el movimiento del bebé, lo que reforzarían el riesgo de que desarrolle una deformación del cráneo", indicó el equipo.
"La PD serviría como un marcador biológico útil de aumento del riesgo de sufrir de problemas del desarrollo, mucho antes de la aparición de otros indicadores que llevan a los médicos a realizar una pesquisa", añadieron los autores.
El equipo está finalizando una evaluación de la cohorte a los 36 meses y aspira a seguir a los niños hasta la edad escolar.
Desde | Reuters Health
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