Y así, el comandante Ari Jiménez, con el firme propósito de ponerse a los mandos de su guitarra y embarcarnos en su vuelo a base de canciones e historias, está rellenando su particular plan de vuelo para el que ya se están vendiendo billetes.
El viaje promete llevarnos lejos a través de experiencias que nacen de dentro, que han surgido a base de bailar carreteras y patear escenarios, de relaciones que no fueron y otras que comenzaron en la habitación 211 de cualquier hotel, mientras nos invitaba a delirar, aunque fuera transitoriamente.
Para el viaje se han dispuesto aperitivos en forma de canción, servidos por atractivas y esquivas musas. Cada pasajero tiene la opción de elegir entre varias clases de billete y comodidades dependiendo de sus posibilidades económicas, pero sea cual sea la opción elegida, por asequible que resulte, el disfrute está garantizado.
Se han abierto ya las puertas de embarque y se cerrarán el próximo doce de julio.
¿Vas a dejar que te lo cuenten y a quedarte en tierra? Yo ya me he abrochado el cinturón de seguridad y espero con impaciencia el despegue del que creo, puede ser uno de los viajes musicales más apasionantes de mi vida.