Título: Planes de boda
Autora: Ana González Duque
Editorial: Autoedición
Año de publicación: 2014
Páginas: 153
ISBN: 9781494973407
Hace
casi un año, en abril de 2013, leí El blog de la doctora Jomeini,
el primer libro de Ana González Duque. Como ya comenté en la reseña
es un libro que me gustó mucho, me hizo reír, me entretuvo, me
enganchó. Tanto, que me quedé con ganas de más, de mucho más. Y
por fin ahora, gracias a su autora, que muy amablemente me mandó el
libro a casa, (gracias Ana, por el libro y por la dedicatoria) he
podido leer la continuación de las historias de la doctora Jomeini.
Su día a día como R2 de Anestesiología, su relación y convivencia
con ElReydelPolloFrito, sus batallas con su suegra, la Castafiore,
las aventuras con las locas de sus amigas y ex compañeras de piso y,
en definitiva, su vida.
Una
vida que está a punto de cambiar porque Jomeini y ElRey se casan y
están inmersos en los preparativos de la boda. Algo que siempre
resulta difícil, complicado, estresante, pero mucho más si el
futuro matrimonio tiene que hacer frente a las guardias en el
hospital, a los turnos de trabajo imposibles y, por si fuera poco, a
una suegra tan metomentodo, prepotente y pija como la Castafiore.
Para
que os hagáis una idea de lo mucho que he disfrutado el libro os
diré que me ha durado solo dos tardes, sábado y domingo, y que
durante toda la lectura no dejé de reírme a carcajada limpia, ante
el asombro de Pablo, que de vez en cuando me miraba desde el otro
lado del sofá con cara de circunstancias y me decía, “te lo estás
pasando en grande ¿eh?”. Para que os hagáis una idea en este
libro todo es divertido. Hasta el prólogo, que ya es decir.
Pues
sí, para qué negarlo, me lo he pasado en grande, he disfrutado como
una enana con esta lectura fresca, divertida, entretenida, adictiva y
desternillante. No quiero desvelaros mucho de la trama, para que la
descubráis y la disfrutéis vosotros mismos, pero sí quiero deciros
que esta segunda parte, al igual que la primera, está llena de
momentos inolvidables, auténticos momentazos con los que es
imposible no morirse de risa. El accidente de coche, el Corte Inglés,
la fiesta flamenca, las escaleras del metro, la despedida de soltera,
el encontronazo con el ladrón, la conversación en el avión, la
noche de bodas... Y paro aquí, porque como siga os cuento el libro
entero.
Un
libro del que me ha gustado, además de la historia en sí,
reencontrarme con los personajes de la primera parte, que han dejado
de ser conocidos para convertirse en viejos amigos, como la propia
Jomeini, ElReydelPolloFrito, la Castafiore, Irma, pero también
PerritoApaleado, Emapanadebonito, Miss Vogue, La Nazi, Chiara, J,
Serena...
Pero,
como no podía ser de otra forma, en este nuevo libro aparecen
también nuevos personajes. El doctor Cuandoyoeraresidente, la
DoctoradelBolsodeGucci, Hippo, LaEnterada y, por encima de todos
ellos ElChino, un residente de primer año que está para mojar pan y
que provocará en Jomeini deseo, fantasías, nervios, dudas y todo
tipo de sentimientos pecaminosos.
Si
algo me gusta del estilo de la autora es cómo intercala la vida
personal de la protagonista: los preparativos de la boda, las
relaciones sentimentales y familiares, sus amigas, con la vida
profesional: su día a día en el hospital, los miedos, inseguridades
y, cómo no, meteduras de pata en su aprendizaje como anestesista.
Meteduras de pata que, por una parte, consiguen que Jomeini nos dé
pena, que sintamos empatía y simpatía por ella, que la veamos
cercana y, sobre todo, que nos sintamos identificados con ella. Pero,
al mismo tiempo, las meteduras de pata, grandiosas, inolvidables,
memorables, hacen, cómo no, que nos riamos muchísimo.
Porque
de eso se trata. De reírnos. De disfrutar. De divertirnos. Reírnos
de los jefes, de los compañeros de trabajo, de nuestras parejas, de
nuestros amigos, de nuestras familias. Y, por supuesto, reírnos de
nosotros mismos. Que buena falta nos hace. Todos tenemos mucho que
aprender de Jomeini.
Pero
Ana González Duque consigue no solo arrancarnos infinidad de
carcajadas si no también, al menos en mi caso, alguna que otra
lágrima. El capítulo titulado El
feto muerto me emocionó,
me llegó muy adentro e incluso me hizo llorar. Es cierto que el
hecho de haber sido madre hace menos de tres meses influyó mucho,
pero también lo es que la autora logró transmitirme mucho,
muchísimo. Y eso es algo que tengo que reconocerle, porque tiene
mucho mérito.
Algunos
autores, los menos, afortunadamente, nos dejan fríos, indiferentes,
no nos transmiten absolutamente nada. Otros son capaces de hacernos
reír hasta que no podemos más. Y otros, por el contrario, nos
emocionan hasta hacernos llorar. Creo que las dos cosas son
complicadas y tienen mucho mérito. Llegar al lector, transmitirle un
sentimiento, sea el que sea, no es fácil. Pero mucho más difícil
si cabe aún es lograr en un mismo libro que los lectores rían y
lloren.
Y
eso es precisamente lo que consigue Ana González Duque en esta
novela. Llegarnos adentro, muy adentro, hacer que nos sintamos
identificados con sus personajes hasta el punto de reír cuando ellos
ríen y llorar cuando ellos lloran.
Como
ya os imaginaréis las 153 páginas se me han hecho cortas, me han
sabido a poco y estoy deseando leer la tercera parte y reencontrarme
una vez más con la doctora Jomeini, que más que una amiga es ya
como de la familia.