Revista Comunicación
¿Tener las cosas pensadas o ir planificando a medida que surgen necesidades…? Este es la típica controversia que existe siempre en muchas empresas, y en parte dependen mucho del perfil de las personas que están al frente de la compañía. En función de su capacidad de organización, gestión del tiempo… así serán las de su empresa.La planificación formal implica diseñar un sistema que permita identificar objetivos y establecer las acciones para cumplirlos con sus respectivos mecanismos de control. Este tipo de planificación otorga equilibrio a los planes de la empresa. Así su personal tendrá claros los objetivos a perseguir y qué tiene que hacer concretamente para poder conseguirlos. Por su parte la planificación oportunista implica la implantación de acciones más tácticas para hacer frente a temas imprevistos. La principal ventaja de este tipo de planificación es que la empresa puede responder rápidamente a oportunidades y amenazas que se presenten en su entorno.Por tanto… ¿Se organiza mejor la empresa que tiene planificado todo el año, o aquella que va planificando a medida que surgen nuevas circunstancias?Sin duda alguna, ambas tienen que coexistir. Las empresas tienen que tener claro qué quieren conseguir y cómo lo van a hacer (planificación formal) pero a su vez tienen que dotar a la organización de la flexibilidad necesaria para poder corregir las acciones planificadas en caso de que los mecanismos de control alerten desviaciones entre lo previsto y lo real, y además permita a la empresa aprovechar, como bien deciamos anteriormente, nuevas oportunidades y amenazas que surjan en el entorno siempre cambiante. (planificación opotunista) ¡Estrategias claras a largo plazo, y capacidad de reacción a corto plazo! :-D