Las bases del entrenamiento de un ciclista durante muchos años han consistido en un período de base, donde se trabaja el volumen, y un período específico donde se trabaja la intensidad. Sin embargo en los últimos tiempos ha surgido un nuevo método de entrenamiento, la planificación inversa.
Este novedoso método de entrenamiento es el que a priori utilizan algunos equipos del pelotón profesional, entre ellos el SKY. Vamos a ver a grandes rasgos en qué se diferencian ambos tipos de entrenamiento.
Planificación tradicional
Esta planificación de entrenamiento es la que se lleva utilizando en multitud de deportes de resistencia desde hace más de 30 años. Consiste en un período de base de unos 3 meses de duración en el que el objetivo es acumular mucho volumen de entrenamiento a baja intensidad.
En el caso del ciclismo en esta base habría que rodar y rodar a intensidades de pulso y de potencia medias-bajas, sin llegar al umbral. En este período es donde se está ganando la resistencia necesaria para poder afrontar una temporada competitiva.
Una vez concluido el período de base se comienza con el período específico, que suele durar unos 2 meses. En este período es donde entra en juego la intensidad. Es un período en el que se van a conseguir adaptaciones específicas con ejercicios intensos.
Planificación inversa
De una manera muy simple podríamos decir que la planificación inversa es la planificación tradicional al revés. Es decir, esta planificación empezaría con un período específico de mucha intensidad, seguido de un período más suave en el que se acumulan kilómetros.
Los principios de este entrenamiento se basan en que hay que entrenar de una forma parecida a la que se compite. Por este motivo se empieza con altas intensidades. Trabajando a alta intensidad con un estado bajo de forma se acabarán produciendo adaptaciones en los músculos muy necesarias para afrontar la competición.
Lo que se quiere obtener con la planificación inversa es tener primero una base de potencia y velocidad, muy necesarias en la competición, y luego desarrollar la resistencia para aguantar esa potencia y velocidad durante mucho tiempo.
Hay que tener en consideración que este tipo de planificación es igual de válida que la tradicional, pero con un matiz. Este matiz es que esta planificación sería recomendable que la hicieran deportistas con un estado de forma alto. Por ello se adapta muy bien a deportistas profesionales. Para un deportista amateur que está empezando o que su estado de forma no es muy bueno es mucho más recomendable la planificación tradicional.