Como ocurre con los textiles, los accesorios o el mobiliario, el color de las flores naturales que embellecen nuestro hogar debería integrarse en la decoración como un elemento decorativo más. Decorar con plantas y flores blancas nos asegura un aporte de color neutral al conjunto.
Me encantan las flores, pero no todas por igual, depende del color. Mis favoritas son las blancas, casi sin importarme la clase, de flores grandes, pequeñas, aromáticas o no. No es que no me gusten el resto, pero si son para mí casa tienen que ser blancas, ya que no desentonan en ningún rincón.
Los detalles de plantas de colores fuertes sirven para crear contraste en un rincón o llamar la atención, una flor de girasol en un jarrón alto, o una orquídea morada o un par de macetas de rositas de color rosa. Lo que quiero decir es que cuando vamos al vivero todas las flores son preciosas, eso es así, pero si son para nuestros hogares deberíamos pensar en el color y no solo esto, el volumen, la altura, en qué envase van a ir, para sacarles el máximo partido y embellecer por completo la zona que vayan a ocupar.
En este piso sueco el tema es estricto, verde y blanco, con decenas de jarrones y macetas de plantas y flores frescas tanto en el interior como en el exterior. Imaginad que esas flores tuvieran cada una un color ¿no sería un batiburrillo sin sentido? ¿también elegís como yo el color de las flores frescas para que se integren mejor en la decoración de vuestras casas? buen día!
Vía: Alvhem