Ha pasado la época en la que tener una casa en el pueblo y pedir una subvención para arreglarla y convertirla en casa rural era un negocio.
La contracción de los mercados está suponiendo para el sector una reestructuración de sus bases.
Es la hora de profesionalizar el sector. La asignatura pendiente del acceso a las nuevas tecnologías, se está viendo compensada por las recientes iniciativas de la Junta de Andalucia en este sentido a través del Andalucia Lab.
Hay que introducir en la gestión diaria el dominio de la web 2.0, del posicionamiento de las web, de las redes sociales y de la gestión de la opinión de los clientes.
Contar con un buen CRM para establecer una política efectiva de fidelización de clientes es indispensable.
Participar en foros profesionales en donde conocer las últimas tendencias del turismo y su aplicación práctica al turismo rural se hace ahora más que nunca necesaria.
La comercialización a través de la propia web con motores de reservas, propios o asociados, así como la contratación con portales y centrales de reserva y la gestión de cupos es fundamental para conseguir un máximo de ocupación.
Los grandes retos del sector, además de la profesionalización de la gestión, pasa por estrategias de diferenciación a través de nuevos productos, que ofrezcan al cliente un plus de servicios que permita la diferenciación con la competencia y la repetición de las visitas de los clientes en el tiempo.
También se hace indispensable el asociacionismo para una promoción efectiva de los distintos destinos turísticos que suponen el sumar voluntades para defender los derechos del empresariado turístico rural y la apuesta por acceder a nuevos mercados, a los que de forma individual es imposible llegar.
El gran reto sin embargo, sigue siendo romper la estacionalidad. Al ser un turismo de cercania, la ocupación se concentra en fines de semana y puentes. Conseguir una ocupación entre semana se presenta como un reto difícil, ya que en estos momentos, los incentivos y reuniones de empresas han bajado y es complicado atraer este tipo de clientes.
La solución la tenemos en potenciar los destinos turísticos en mercados exteriores que gozan de buena salud, y que tienen períodos vacacionales diferentes a los nuestros como el mercado holandés, belga, frances, alemán, italiano… aprovechando las sinergias que nos proporcionan los vuelos directos con algunos de estos paises a través de compañias low cost .
Pero para esto, es necesario un verdadero compromiso de todos los agentes implicados, fomentando actuaciones receptivas y misiones inversas que den a conocer a los agentes turísticos el potencial de los destinos turísticos de interior.
Realizar acciones promocionales en colaboración con otras zonas turísticas que permitan al cliente poder realizar un viaje con más dias de estancia y un abanico de posibilidades más amplio, también es una acción dirigida a romper la estacionalidad en los alojamientos turísticos rurales.
El futuro del sector del turismo rural depende de nuestra capacidad para adaptarnos a las nuevas circunstancias del mercado en el presente, y sobre todo de un trabajo continuo de todos los agentes turísticos para reforzar los destinos de interior como una alternativa rentable al turismo de sol y playa.