Muchas veces vemos fotos de ambientes que no dan ninguna pista de quien vive en ellos, en los que el estilismo para la fotografía ha sido tan fuerte que se ha arrasado con las peculiaridades que cada casa tiene.
Esto viene porque nos da la sensación de que a la gente le da miedo contratar a un interiorista porque piensa que va a imponer su criterio por encima de los gustos y de la personalidad del cliente, que le va a hacer una casa muy bonita pero en la que no tienen cabida sus cosas.
Es cierto que cada profesional tiene un estilo y una manera de hacer las cosas pero hay que tener en cuenta que trabajas para otro, que antes de hacer nada hay que dedicar mucho tiempo a hablar y a conocerse para poder crear su casa, el lugar donde va a hacer su vida.
Un buen profesional tiene que saber escuchar y analizar lo que realmente el cliente necesita y saber ofrecérselo de una manera bonita y estilosa, que a fin de cuentas te contrata para algo!
Como ejemplo de todo esto os mostramos una casa en la que se ha plasmado la pasión por la música de quien la habita sobre un entorno neutro y sencillo. Muchas veces esa es la clave, si quieres poner objetos muy llamativos utilizar fondos sencillos porque si no se verá vulgar y todo competirá en atención creando una estética de parque temático.
Muchas veces pasa, que la gente quiere poner en casa todo lo que le gusta y al final acaba siendo una mezcla inconexa. Cuando nos vestimos no nos ponemos encima todas las tendencias el mismo día, hay cosas que dejamos para mañana porque sino irias haciendo el mamarracho por la vida, pues aquí igual, hay que ir poco a poco y no hay porque ponerlo todo.
Por ejemplo, si te gusta el terciopelo, pues muy bien, busca un color bonito y un tejido de calidad y tapiza una butaca o un sofá, luego busca otros textiles que combinen para el resto de las piezas, no llenes la casa de terciopelo porque pasará de ser algo elegante a verse anticuado.
Todo tiene una medida que es muy fácil sobrepasar y ahí surge esa sensación frustrante de que odiamos ese espacio y no sabemos porque ya que todo lo que hay en él nos gusta pero la mezcla no.
via Entrance photos Anders Bergstedt