Jóvenes ingenieros en Nairobi, Kenia, encontraron una manera de hacer un buen uso del plástico de montaje de un solo uso que el país no tiene capacidad para reciclar: hacen ladrillos con él. En 2017, fundaron Gjenge Makers, una empresa de fabricación que recicla tapas de botellas de plástico y contenedores de aceite de cocina en ladrillos, que venden principalmente a propietarios individuales y escuelas.
En junio de 2020, Kenia impuso la prohibición del uso de desechos plásticos de un solo uso en áreas naturales protegidas, como parques nacionales, playas y bosques. Anteriormente, en 2017, el país ya había aparecido en los titulares con una ley innovadora que prohibía las bolsas de plástico en todo el país.
Sin embargo, el plástico se sigue acumulando en todo el país de África Oriental. Solo en la capital, Nairobi, se generan alrededor de 500 toneladas métricas de desechos plásticos todos los días. Si bien el país tiene la capacidad de reciclar una fracción, se teme que ingresen otras 500 toneladas al país africano. Esto es el resultado de un nuevo acuerdo de libre comercio entre Kenia y Estados Unidos.
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Océanos de plástico
Según un informe de las Naciones Unidas de 2018, se estima que 13 millones de toneladas de desechos plásticos fluyen hacia los océanos cada año. Las especies marinas ingieren o se enredan con desechos plásticos, lo que a veces causa lesiones o incluso la muerte.
El activista ambiental de Greenpeace, Amos Wemanya, dice que los plásticos están en todas partes, incluso en lo que comemos.
“Los microplásticos están en nuestra comida, están en nuestro aire, están en nuestra agua y están causando problemas de salud”, dice.
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