Plata para Dragomed Garden

Han sido una enorme cantidad de momentos y emociones vividas en un muy corto espacio de tiempo, esta frase de Gabino Carballo es un buen resumen del paso del equipo por Nagasaki. Como ya se anticipó en la Página de Paisajes Reales en Facebook, el proyecto obtuvo Medalla de Plata en el certamen, merecido premio para la propuesta del Patio Mediterráneo y del Dragón que acecha a la Paz. En anteriores artículos comentábamos los problemas a los que se estaban enfrentando, algunos consiguieron solventarlos, pero aparecieron otros nuevos... a pesar de haber cambiado las plantas previstas en el proyecto original, en el momento decisivo no estaban disponibles, ni las especies ni las cantidades. Ni las plantas, ni acabados, ni materiales, ni plazos estaban definidos. Además de lo anterior, Gabino comenta que resultaba evidente que los diseñadores no contaban con el mismo presupuesto, la organización del evento sacó a concurso la ejecución de los proyectos, Dragomed Garden era relativamente económico, por lo que la baja debió de ser considerable respecto a la cifra inicial. También indica que algunos participantes aportaban patrocinios que superaban el presupuesto inicial de 50.000 euros, por ejemplo el proyecto de Malasia fue ejecutado por la empresa del jardinero más famoso de Japón, Kazuyuki Ishihara. Aumentaba la desventaja entre unos diseñadores y otros debido a la calidad de los contratistas... 'James Basson, el representante de Francia, se limitó a observar la ejecución de su excelente jardín como quien asiste a una sesión de ballet. mientras unos fluían otros parecían atascados, como los nuestros y los de Richard Miers, el representante británico, que me hubiese cambiado Gibraltar por un contratista más enamorado de la jardinería...'
'Pensé que si la gente en Japón puede diseñar coches, caminos, barcos, aviones, procesadores y todo tipo de maquinaria sofisticada y venderla por todo el mundo... probablemente también sepan hacer un jardín bastante mejor que nosotros. Bastaba con ver sus calles, sus antiquísimas infraestructuras, su amor al detalle, la educación de sus gentes, su infinita cortesía'. Gabino confiesa que basándose en una corazonada y en una apuesta al todo o nada, decidió (haciendo uso de la regla ya comentada de que tomaría las decisiones necesarias cuando así lo fueran) que dejarían de pelear y se pondrían en las manos de Koga San, el contratista. 'A Nuno no le gustó, probablemente con razón, porque abdicamos de todo poder, para pasar a ser meros observadores-facilitadores de un proceso que considerábamos nuestro, pero del que resultábamos redundantes en el fondo'. Un jardín en ruinas a cuatro días de la inauguración, donde la comunicación con el contratista no funcionaba, les provocaba a Nuno y Gabino un evidente enfado equivocadamene traducido como un simple gesto de mala educación, incompetencia y de no saber estar... 'por el que el contratista se mostraba indiferente ante nuestras instrucciones, y la interprete se negaba a traducir mis sinceros comentarios insistiendo en la necesidad de mantener la 'armonía'. Nuno y Gabino pasaron entonces de un estado de tensión a dejarse fluir con la situación: 'ahí empezamos a entender el anuncio donde Bruce Lee dice: ''Be water my friend'' en referencia al principio taoísta del Wu Wei: fluye con la situación'. 'Recordé las enseñanzas del Bu Jutsu y de la importancia de poder actuar sin emoción con la máxima economía de medios con el objetivo de sobrevivir a toda costa, aún cuando la diferencia entre la vida y la muerte es ilusoria'. Cierro el artículo de la misma forma en la que lo abrí, con una frase reveladora de Gabino: 'Los pequeños milagros ocurren y creo que en Japón se van con más frecuencia que aquí. Enseguida os lo cuento'.