Son preciosos platos naturales para aperitivos, y lo que queráis, que según testimonios de algunos restaurantes dicen que han subido su clientela después de tenerlos, y es que dan un toque moderno y elegante. El caso es que para comprar las láminas de pizarra fui a un gran almacén de venta materiales de construcción y pedí una teja de pizarra. Cada una me costó 0,45 cent, así que creo que merece mucho la pena hacerla nosotros mismos, porque las he visto en tiendas por 3€ cada plato.Lo único que hice fue ir dando martillazos a los bordes ya que las tejas estaban pulidas y muy rectas. Ya sabéis como es la pizarra, con un golpe comenzó a laminarse y a quedar ese aspecto natural que me encanta. Como algunos bordes quedaron muy picudos, solo tuve que pasarle una lija de grano gordo alrededor para suavizarlos, y listo. Hice diferentes tamaños y figuras cortándolas con una radial, esmeril angular, que las corta perfectamente. La limpié con agua y jabón normal y luego le di una capa de aceite de oliva virgen extra, quitando el exceso, solo una leve capa. Recomiendo esto muchísimo porque le da un brillo y un acabado increíble, además de oscurecerla algo más.
(He estado buscando un barniz no toxico para pintarlas y que quedasen más oscuras y más protegidas, pero por ahora no he encontrado nada, solo el aceite. Así que si lo encuentro en algún momento editaré la entrada y lo avisaré por las redes sociales, no preocuparse.)Y bueno, poco más que contaros por ahora. El regalo del sorteo ya lo tengo preparado pero hasta que no vuelva a Madrid no puedo preparar el envío y las fotos. Así que paciencia chicos, os lo iré diciendo todo por Facebook. Y no os perdáis mis vacaciones en Instagram!! ¡Gracias por leerme de nuevo y nos leemos en la próxima entrada!
