Revista Cultura y Ocio
Vetusta Blues. -“Play-offs”
La primavera trae a la ciudad muchas nuevas noticias. Paseo, tratando de espantar todos los fantasmas, por el Campo San Francisco -no digan parque, ¡ho!- y me encuentro obras para las conducciones de un nuevo regadío. Mis allegados me han prohibido recordar que hubo un alcalde que quiso vender uno de nuestros mayores patrimonios para solventar los pufos de sus excesos. Cuando piso el Campo por el paseo de los álamos, lo imagino horadado en sus raíces y pienso que el fin del mundo podría haber comenzado ahí. Sólo a alguien muy desalmado se le podría ocurrir construir un párking bajo el Campo...
Mientras Toché pasea por él, distraído, con su mascota, y uno no osa molestarlo horas antes de que vuelva a marcar y demostrar su instinto de killer, me doy cuenta de que hemos llegado con grandes aspiraciones deportivas en fútbol y básket en este mes de abril. Lo que tanto se buscó, ha llegado. Hay oportunidad de que la ciudad de Oviedo vuelva a lucir sus colores azules en dos disciplinas deportivas de primer nivel. Tras atravesar desiertos, guerras civiles instigadas por políticos que luego se salieron de rositas y culparon a sus subalternos, tras tanta tristeza, tras tanto mal, tras tanto talento emigrado en la propia comunidad autónoma a lugares donde nunca debieron llegar, estamos aquí. Con ganas y esperanzas.
La primera, el básket. Ese Oviedo Baloncesto que tan bien ha hecho las cosas, que ha tejido un entramado de cantera, que ha logrado revivir a muertos (deportivos) y descubrir talentos, ése que ha instalado un clima inigualable en su cancha... Ese OCB aspira a todo en esta temporada. Y tiene a su alcance el sueño de la ACB. Y cuando un sueño está al alcance, de necios es renunciar a él. Ahora que, parece, que el gobierno va a tomar cartas en el asunto ACB, en las injustificadas condiciones que han cortado ascensos durante un lustro intolerable, ahora es el momento de ganárselo en la cancha tras la maravillosa victoria en la Copa Princesa. Tiempo habrá para hablar del obsoleto Palacio de Deportes y de su acondicionamiento y, por supuesto, de una cancha nueva.
Acudía al partido del Real Oviedo de fútbol del pasado domingo ante el UCAM Murcia-aún le quedan jornadas para conocer sus aspiraciones, pero están ahí- junto a mi querido compañero Pedro Pascual y hablábamos de estos y otros retos deportivos. La ciudad ha de estar preparada para los equipos que van a llevar su nombre por todo lo alto. Habrá quien menosprecie este valor, pero está ahí y, estoy seguro, todos los ovetenses estamos orgullosos de que el nombre de nuestra ciudad participe de los mejores del fútbol y del básket.
MANOLO D. ABADPublicado en el diario "El Comercio" el lunes 17 de abril de 2017