Revista Opinión

Playa

Publicado el 25 febrero 2020 por Carlosgu82

Acordamos que hoy es un día de playa: "Salga o no salga sol" nos vamos a la playa. La playa no está lejos de nuestro hogar, con un poquito de esfuerzo, con una moderada caminata, sin apurarse por supuesto, llegamos a nuestra meta con un poquito de sudor en nuestra frente; pero llegamos a nuestra meta al final de cuentas. Solo vamos a estar unas 3 horas como máximo, llevamos fruta, agua, bocadillos, algo liviano, para qué llenarse, si lo importante es bañarse y purificarse un poco. Ya en la playa, la hora seguía avanzando, ¡Quién se atreve a pararla! Y la gente sigue llegando unos con ganas de bañarse y otros con ganas de seguir tomando licor e incomodar a los que verdaderamente quieren relajarse. Un borracho se escapa del grupo de los indiferentes y decide refrescarse en las bravas aguas del litoral. A las justas puede caminar el individuo, ¡Es todo un espectáculo! Los 4 salvavidas que están de servicio, no sé porque son tantos, ni cuenta se dan del eminente peligro y siguen chateando y esforzándose en sacar un plancito para la noche con alguna damisela de ocasión, hoy día es sábado y hay que gozar, se dicen entre ellos. Y el tiempo siguió pasando, así lo manda la ley, y de pronto empezó a escucharse la alarma general que hace una tremenda bulla, justo me iba a meter al agua, quedándome con las ganas de hacerlo, aunque ustedes no lo crean, había ocurrido un derrame de petróleo y toda la playa olía a baygon. Me sentía en ese momento como una indefensa mosca esperando mi hora final. De inmediato las autoridades de turno prohibieron el ingreso a las aguas contaminadas por clara precaución, aunque suene irónico, despejaron la zona en un santiamén, era todo un alboroto el lugar, y en mi extraña quietud, me hice varias preguntas a quemarropa: ¿Y los responsables de este salvaje hecho, quedarán libres de polvo y paja? ¿Se sabrá algún día quiénes son los directos responsables de tanta matanza de peces? ¿Alguna vez sabremos la verdad? ¿Quién responde por la contaminación total de la zona? O simplemente, seguirán los culpables matando sin discreción, como suelen hacerlo sin ningún cargo de conciencia día tras día, ¡Como ellos se creen los dueños del mundo! ¿A quién podemos recurrir entonces, para que la debilitada esperanza no se ahogue también en el fango de la reinante inmundicia?

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