Revista América Latina
El barrio Malvín se fue construyendo en función de su playa, que antes de la llegada de la urbanización era un páramo con mucha arena y altos médanos de hasta veinte metros de altura. La playa comenzó a ser frecuentada por los cuidadores de los caballos de las carreras del Hipódromo de Maroñas, que llevaban a los animales a bañarse y también por las lavanderas de oficio.