“He sido un niño pequeño que, jugando en la playa, encontraba de tarde en tarde un guijarro más fino o una concha más bonita de lo normal. El océano de la verdad se extendía, inexplorado, delante de mi.” (Isaac Newton)
Ya se va notando poco a poco el calor y con ello nos invaden las ganas de veranear, sinónimo – por supuesto – de vacaciones, viajes, playas, el tapeo, el cerveceo, las terracitas, lugares por descubrir y un largo etc. Todos nos gustan ¡por supuesto!
Hace unos años unos amigos nos invitaron a pasar unos días en Gran Alacant, una pequeña urbanización situada en Arenales del Sol junto a Santa Pola (aunque pertenece a Elche), y nos llevamos una grata sorpresa cuando nos llevaron a la playa que hoy os queremos presentar, la playa del Carabassi.
Muchas veces nos quedamos anclados en los lugares que conocemos, o aquellos que son famosos, y dejamos de prestarle atención a aquellos pequeños rincones escondidos que quieren compartirse con nosotros, que quieren mostrarnos todo su potencial pero no les damos una oportunidad. Más de una vez os hemos dicho esto, creo recordar que una de esas veces fue en el post de Brujas, y lo seguiremos diciendo. Hay que abrir un poco los ojos y dejarse llevar por rincones que están ahí, rincones mágicos y maravillosos que además nos regalaran una instantánea preciosa sin 30 personas en el medio.
Y en temas de playas me confieso culpable, siempre me voy a lo típico, al turisteo y, efectivamente, siempre acabamos maldiciendo la elección. Playas masificadas sin un centímetro de arena disponible donde colocar tu flamante sombrilla, niños pegando patadas a una pelota sin cuidado ninguno, gente jugando al mus dando voces porque quizás piensan que en la otra punta de la playa no se han enterado de su órdago.
Y aquí viene la sorpresa, la sorpresa que lleva por nombre “Carabassi“, y es que esta playa enorme (más de 3km), limpia y salvaje está completamente vacía, o bueno, al menos no está masificada. A pesar de visitarla en pleno agosto pudimos ponernos en primera línea sin problemas y sin madrugar (en torno a las 12 a.m).
Llegas a la arena tras un breve paseo a través de unas plataformas de madera que sortean dunas salvajes, una vez en la playa puedes optar por ir hacia la parte de la izquierda, o hacia la de la derecha. Si eliges esta segunda opción iras a parar a una parte semi-nudista, es decir, es una playa nudista pero hay algunas personas con algo de ropa (siendo pocas las excepciones). No hay delimitaciones, quien quiera disfrutar de un día de playa “más natural” sabe a qué zona tiene que dirigirse y aquellos que quieran evitar “ciertas vistas” pueden quedarse tranquilamente en la otra parte de la playa.
El aparcamiento es complicado, quizás si se madruga hay más suerte de conseguirlo y… supongo que es por eso que no está tan masificada (y nos alegramos), desde Santa Pola hay un buen camino en bicicleta pero si eres de esos valientes… hay parking para que puedas dejarla.
La Playa del Carabassi es considerada zona de protección ecológica y es bastante fácil ver los peces que nadan alegremente a lo largo de la playa a través de su agua cristalina, lo bueno es que en el tiempo que estuvimos allí no vimos ni una sola medusa.
Pero su vida no acaba con la puesta de sol, por la noche el chiringuito de playa, Life Beach Club, sigue abierto con sesión DJ que puede ser acompañada por uno de sus ricos mojitos en la mejor de las ubicaciones sintiendo la arena bajo los pies y con el mar a solo unos metros.
Si visitáis su web podréis ver la programación que tienen, así como su carta o incluso recomendaciones de lugares para ver que están cerca. Desde luego fue una de los mejores momentos de la noche.
Si por el contrario os apetece otro tipo de gastronomía os podemos recomendar el restaurante Chakra y des-recomendar el Rincón de Santi. Empecemos por este último dónde ha sido una de las veces que peor hemos sido tratados por parte de un restaurante, y es que hicimos cola (tal y como nos pedían) para ser atendidos y cuál fue nuestra sorpresa que le dan nuestra mesa a los segundos de la cola “porque ellos lo habían pedido y nosotros no”, vamos, que eran cuatro personas de 40 años y supongo que se les toma más en serio que a cuatro de 25… lamentable. En realidad la situación fue algo más larga incluyendo ninguneamientos y risas, pero no quiero dedicarle más tiempo a este bar que tanta fama tiene y no merece la pena.
Hablemos de Chakra, lo encontramos por casualidad debido al desplante con el anterior bar citado, y la verdad es que fue todo lo contrario. Se desvivieron por atendernos, nos sentaron en seguida a pesar de que estaban bastante llenos nos hicieron un hueco en la terraza preparándonos una mesa en el momento. ¿La comida? bien, bastante bien, hay algunas cosas que nos resultaron caras para lo que eran como la ensalada, y otras que estaban bastante bien de precio como los calamares (las navajas no las pidais bajo ninguna circunstancia). Os dejamos alguno de los precios: Paella por 10 €, calamares por 4€, ensalada por 8€, sepia 5€, pulpo 6€, etc…
¿Y vosotros? ¿Compartís con nosotros alguna playa escondida/poco conocida?
Como siempre, si os ha servido de ayuda la entrada u os ha gustado podéis dejarnos un comentario, o seguirnos en twitter y facebook para seguir actualizados con las nuevas entradas.