Revista Sociedad

Plaza Colón

Publicado el 12 febrero 2019 por Salva Colecha @salcofa

Desde que el mundo es mundo al ser humano le ha dado por contar las cosas. Supongo que en un principio sería para hacernos una idea sobre si salir por patas de la cueva o no, el manifestacion15s.jpgcaso es que continuamos contando lo que sea. Se cuenta cuánta gente ha aparecido por un partido de fútbol, se cuentan las cabezas en un concierto de Rock, lo que se ha gastado un partido político en una campaña, lo que sea, necesitamos saber “cuantos” para saber si preocuparnos. Pero otras cosas ,aunque parezca que tampoco fue para tanto, tienen la capacidad de hacer que le des vueltas a lo contado porque puede que tengan más importancia de lo que parece.

Una de esas cosas fue la manifestación un tanto retro del domingo en la Plaza de Colón. Se respiraba en el ambiente la añoranza de otros tiempos, ese cierto olor a bolitas de naftalina

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que impregnaba la ropa del armario de la abuela. Acudió mucha menos gente pero muchísima menos de la que los señores disfrazados a estos efectos de ofendiditos hubiesen deseado y seguro que parte de los que se acercaron lo hicieron porque les gusta ir “Deaquí Pallá” y un viaje gratis es tentador, como en los tiempos en los que el PP llenaba la plaza de toros de Valencia a base de jubilados y bocadillos. Como decía, en principio deberíamos soltar cierta sonrisa al ver la plaza de Colón con menos de la mitad de gente que en otras ocasiones. ¿Pero qué quieres que te diga?

Parece que los orates van perdiendo la vergüenza y empiezan a mover a las masas con su

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discurso oportunista lleno de retórica violenta y un tanto trasnochada. Trasnochada como lo de la reconquista y la “repoblación” de la clase obrera a partir de hijos venidos por la recuperación de leyes antiabortivas. Pero bueno, es la lacra que vivimos, nuestros políticos no tienen demasiadas luces y son incapaces de ver que en este momento puede que lo que necesitemos sea mantener la calma y ponernos las gafas de ver de lejos ¿Qué le vamos a hacer?

Eso sí, no me malinterpretes con todo este rollo. Si una cosa hemos de tener clara es que en democracia todos tienen derecho a hacer oír su voz, siempre que se haga de forma

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digna, pacífica y respetuosa, por supuesto. Pero lo que asusta más todavía es ver como se están perdiendo los modales. Nuestros políticos están subiendo el volumen de los insultos pensando que el que más grita tiene más razón, igualito que el jardín de infancia. intentan con ello alterar al respetable y así sacar partido a unos días en los que parece que se vaya a acabar el mundo. Aprobación de presupuestos, juicios, declaraciones, convocatorias de elecciones todo parece que se tenga que esclarecer antes de este viernes, todo es “para ya”. Es la táctica del vendedor que sabe que su producto no es bueno, LA URGENCIA, compra ahora, mañana será tarde y todo eso. De eso sabemos un rato largo, nos hemos acostumbrado a correr para todo, tanto que quedar a tomar café con alguien es una utopía.

Se habla de “alta traición”, de “felonía” y de “golpismo”, “ETA” (otra vez, siempre ETA), palabras gruesas pronunciadas por irresponsables que buscan el mosqueo general sin saber

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donde iremos a parar si se empuja la bola montaña abajo, por lo pronto algunos desaprensivos ya van profanando tumbas. Sólo espero que esto no se nos vaya de las manos y tengamos un disgusto. Esta vez ha sido “lo del relator” lo que ha desatado la tempestad pero creo que podría asegurar que cualquier otra cosa les hubiese valido para liarla en esta loca carrera hacia la derecha en la que parecen inmersos PP y Cs intentando evitar que Vox les robe protagonismo. Solo así se explica la escalada de barbaridades que salen de sus bocas para justificar que los ciudadanos han de obligar a Pedro Sánchez a convocar elecciones.

Asusta ver como unos señores se empeñan en hacernos creer que la unidad de España se defiende con mensajes separadores. Preocupa ver como nos quieren vender SU versión de

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España como la correcta y para ello no dudan en entrar en el peligroso terreno del ultranacionalismo, sin miramientos, sin pararse a pensar que ese camino sólo conduce a la exclusión del que es considerado NO español. Y al consecuente efecto espejo en el “otro bando” y con ello la peligrosa polarización que no ha hecho más que traernos disgustos. Deberíamos sentarnos, pensar fríamente y no dejarnos llevar por los vendedores de humo que llegan al olor de la rapiña .


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