Decidí refugiarme una vez más en el rincón que concentra toda tu magia (para mí), Plaza de Capuchinos.




Ya sé que es estúpido perseguir a una sombra, pero decidí esperar a que se produjera ese momento mágico hace tiempo vivido
El instante tuvo magia, pero por sabido y esperado, careció de sorpresa y permitió (a diferencia de la primera vez) la captura del momento
Rectángulo de cal, piedra y cielo como la definió el poeta. Parece que sea imposible que en un espacio abierto, diáfano y con el palio cambiante de su cielo, pueda coincidir lo íntimo con la música callada como dijo Bergamín


Desde 1985 se celebra en la Exaltación a la Saeta en vísperas del día más esperado por los cofrades, el Domingo de Ramos. Primavera, cante, sonidos a lo que está por llegar, aroma de azahar…En la fachada de la iglesia de Los Dolores hay un azulejo policromado del cuadro de J. Romero de Torres, La Saeta

En el azulejo están representadas dos emblemáticas hermandades de la Ciudad: el Cristo de Gracia –popularmente llamado el Esparraguero- y la Señora de Córdoba, La Virgen de los Dolores. En torno a la saeta, el pintor represento la pobreza, la enfermedad, el cautiverio y la vejez
Sin poder evitarlo, quedo una vez más inoculado sabiendo que el único remedio posible es volver cuando tan solo los faroles alumbren la plaza 








Comunión agnóstica de una noche de verano, en Capuchinos
