Plaza de La Corredera

¡Qué bonita La Corredera! No sé a quién se le ocurrió poner tantos bares ahí, pues era una plaza que paseabas por ella, había puestos en el centro, encontrabas objetos que hacía tiempo que no se veían en el mercado, charlabas con la gente, estaban las jeringueras, Carmen la que estaba junto al Toril, los puestos debajo de los portales de comida, había fondas que daban de comer a los viajeros, como El Gallo, estaba la fábrica de nieve, había un bar pequeñito donde había una señora que yo siempre la veía con una bandeja llena de cafés por toda la plaza, el famoso Cipriano con sus muebles, los anticuarios, los Mancha que era el todo a 100 de la época, la librería antigua, que daba gusto entrar allí con el matrimonio siempre discutiendo ibas a por un libro y veías una comedia en vivo y en directo, estaban los de Palomo que era como el “Mercadona”, allí había de todo, estaban los Navaja con sus tiendas de ropa, que lo mismo te vendían un traje de novio que un mono de trabajo, y luego el mercado principal de Córdoba, Sánchez Peña, que daba gusto entrar con el “pescaero” que era alto y rubio (no como la cerveza) pero daba cada voz, que no sé cómo no se quedaba afónico. Y ahora lo más bonito que hay es una plaza llena de sillas y mesas que te sube el colesterol y te hace el hígado polvo.

Inmaculada Ortega Vega

En la época que nos describe Inmaculada –persona que ha vivido y respirado La Corredera- la Plaza tenía el encanto de lo sencillo y humilde, esto se lo aportaba la gente que la habitaba, que transitaban por ella, que hacían su compra diaria o semanal. Y porque no decirlo, tenía empaque y sabor. Hoy, la cartelería y el mobiliario hostelero lo ocupa casi todo. Como mercado, la Plaza se encuentra en absoluta decadencia, y los responsables municipales no aplican con rigor las normas que dictaron sobre la Plaza, reinando el libre albedrio
El lugar que hoy ocupa la Plaza, caía fuera del recinto amurallado de la colonia patricia. Según los historiadores y los magníficos mosaicos allí encontrados, estaba ocupado por quintas y villas dispersas.
Durante la época árabe, se cree que el lugar fue punto de contratación o mercado de la Ajerquía
Su nombre es el que en general se daba en muchas poblaciones al punto en que por su extensión se celebraban los actos más concurridos, y en particular las corridas de toros, cintas y cañas –Ramírez de Arellano-



Según los expertos, la Corredera es una de las plazas mayores pioneras de este país –tras Valladolid y Madrid- a la vez que inspiradora de la de Salamanca.Ricardo Molina en su Córdoba Gongorina nos dice: Su solera urbana es profunda, densa, riquísima. Huellas de Roma, ecos del Islam, leyendas medievales…Orti Belmonte: … no obstante su sencillez es atractiva, típica y evocadora a toda alma sensible de tiempos pasados.Pío Baroja –La Feria de los Discretos-: …presentaba a la entrada por el Arco Alto un aspecto gracioso y pintoresco. Era como un puerto lleno de velas amarillas y blancas, agitadas por el aire, resplandecientes de luz, que llenaban toda la extensión de la plaza. Esta luz la emitía el sol de invierno, amarillo, brillante, como el oro que caía y reverberaba en los toldos blancos
Esta es la casa de Dña. Jacinta por cuyo empecinamiento a que no le derribaran la casa, la Plaza no se cerró

Ermita del Socorro

Calle del Toril

Plaza de Las Cañas

Calle Pedro Muñoz

La Plaza de noche






Otra de tus singularidades, a la que tú, Córdoba, no le das importancia. La mayoría de mis paisanos transitan por ella, van a comprar al mercado o se sientan a tomar el aperitivo, pero pocos son los que se conceden un instante y contemplan tu plaza para darse cuenta de que es bella y hermosa, de que es la única plaza castellana al sur de España… y está en Córdoba