En el interior de La Habana surgieron diferentes áreas que se convirtieron en PLAZAS y que todavía se conservan gracias al trabajo de mantenimiento y restauración de la Oficina del Historiador de la Ciudad.
PLAZA DE ARMAS
Esta exhibe un trazado que evoca el de las plazas fortificadas de la Europa del medioevo. Esta constituye el punto generatriz de la ciudad, dado que muy cerca se encuentra la ceiba bajo la cual se realizo la misa fundacional de la villa. En su perímetro se ubicaban las sedes de las autoridades civiles y militares de la colonia (edificaciones existentes en la actualidad); además de la iglesia parroquial de la ciudad.
PLAZA DE LA CATEDRAL
De las principales plazas fue la última en formarse (segunda mitad del siglo XVI). Los que construyeron allí sus viviendas la conocían como “plaza de la Ciénaga” debido a que por ella pasaban la mayoría de las aguas que recorrían la ciudad para desembocar a la bahía y por esto se anegaba con la subida de la marea.
PLAZA DE SAN FRANCISCO
Se encuentra ubicada en una ensenada que fue rellenada en 1628 con el propósito de crear la plaza, que debe su nombre al convento franciscano existente en el lugar. Muy cerca se creó la Aduana promoviendo el desarrollo de la villa y el crecimiento puntual de la población.
PLAZA DEL CRISTO
El nombre proviene de la iglesia del Santo Cristo del Buen Viaje, a la cual acudían los marinos antes de hacerse a la mar y después de atracar sus barcos en el puerto, con la intención de solicitar o agradecer la protección durante las travesías.
PLAZA VIEJA
Creada en 1587 no toma auge hasta finales del siglo XVII. Se le conoció inicialmente como Plaza Nueva, pero perdió ese nombre al construirse la Plaza del Cristo, pasando a ser la Plaza Vieja que conocemos en la actualidad.
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