Plegaría del pájaro, de Blas Infante

Hoy es el día de Andalucía y que mejor manera de celebrarlo desde el blog que escribiendo una entrada sobre Blas Infante- el considerado padre de la patria andaluza- sin perder de vista  la temática del blog. Este es por lo tanto mi pequeño aporte a este 28 de febrero.Pocos saben que Blas Infante fue un adelantado a su tiempo en cuanto a pensamientos hacia la naturaleza, como lo demuestran hechos como que   en 1924 trató de concienciar a los niños de que no cazaran pájaros y derribaran sus nidos. Inspirado en este pequeño escrito de Blas Infante que hoy traigo su amigo Antonio Ariza, que fue concejal del Ayuntamiento de Sevilla, hizo un azulejo que colocó a la entrada de varios colegios sevillanos y en cuyo texto también se pide a los escolares que respeten a los pájaros y sus nidos.De ese azulejo, que se colocó en 1925, sólo quedan seis copias, cinco en otros tantos colegios públicos de Sevilla que ya funcionaban en aquella época, y uno en Alcalá de Guadaira (Sevilla). Este rasgo de la personalidad de Infante fue destacado también por Álvarez de la Chica, quien dijo que en la preocupación de Infante por los pájaros estaba “la preocupación por los más débiles” que siempre distinguió su pensamiento. Díaz Trillo aseguró que Infante, en Andalucía, también fue “el primer ecologista” y que junto a sus amigos Ariza y Pedro Vallina, celebraron en Isla Cristina (Huelva) a inicios de la década de los veinte una “Fiesta de la libertad de los pájaros” a la que invitaron a los niños del lugar para concienciarlos de que tenían que respetar a los pájaros y dejarlos vivir en libertad. De esta época en Isla Cristina se sabe que salvó a algún zorro de una muerte segura.

En 1921 escribió sus “Cuentos de animales” y los “Diez Mandamientos de Dios en favor de los animales”, y tres años más tarde su “Plegaria de los pájaros”.

” LA PLEGARIA DEL PÁJARO” Niño: Tú que algunas veces me martirizas, mírame bien. Yo soy el protector más importante de la agricultura. Yo enseñé a los hombres el arte de la cestería, mostrándoles mi nido. Te he sugerido la idea de volar como yo, y has construido dirigibles y aeroplanos. La inmensa variedad de mis nidos te ha sugerido multitud de ideas. No me hagas morir para lucirme vanidosamente en tu sombrero. Yo destruyo a millares los insectos que constituyen las plagas de los legumbres, los cereales y las frutas, que son tus mejores alimentos. No me hagas víctima inocente de tu deporte de caza. Yo distraigo con mi dulce y armonioso canto tus horas de fastidio. No destruyas mi nido, que es el santo hogar de mis pequeños hijos. Si eres bueno, como creo, no me tengas preso entre alambres, no me hagas mal y andaré más cerca de ti. Advertisement