De todos modos, no te procupes, porque tanto si ya conocías Matemáticas y Poesía como si este es tu primer contacto con el sitio, he de decir que, tal como prometía en mi anterior entrada, nosotros hemos vuelto con la carpeta repleta de nuevos contenidos que enumeramos a continuación:
Ampliación de la sección de poesías con la incorporación de nuevos acrósticos y nuevos acrósticos de nombres propios. Puedes acceder a ellos a través del enlace Poesía y emoción.Otra cosa
Ampliación de la sección de Problemas y ejercicios resueltos en la que hemos aumentado hasta al menos 30 ejemplos resueltos todas y cada una de las colecciones a los que puedes acceder a través del vínculo Problemas resueltos.
Ampliación de la sección de colaboraciones, en la que hemos añadido, gracias a la amabilidad de su autora, varios poemas de la escritora argentina Liliana Celiz. Podrás acceder a estos contenidos entrando en Colaboraciones.
Es probable que la página web del ayuntamiento de Salobreña o alguna entidad local asociada tenga un apartado desde el que cumplimentar un formulario de quejas o reclamaciones; pero, ya se sabe, muchas veces, cuando tenemos un incidente que puede ser motivo de notificación, nos conformamos con comentarlo con los conocidos y poner "a caldo" a los que pensamos que tienen la culpa de ello. En este caso, voy a tomar este blog como altavoz para la difusión de una queja hacia los servicios municipales de dicho ayuntamiento (el de Salobreña).
Pues resulta que este pasado agosto, un día que hemos visitado esa, por lo demás, bonita ciudad de la costa granadina, estando ya intentando salir de la misma para tomar la carretera general hacia Almería, he notado, mirándome en el espejo retrovisor interno, que se me ponía cara de tonto al comprobar que estaba dando vueltas como una cabra despistada circulando repetidamente por varias calles cercanas al ayuntamiento, al seguir las señales indicativas puestas por lo servicios de regulación del tráfico del consistorio municipal. Mi sensación cambio de naturaleza cuando descubrí, junto a mi resignada familia, que formábamos parte de una comitiva de "ennortaos" que serpenteaban nerviosa e indignadamente por un circuito urbano expresamente señalizado para despistar, intentando salir del mismo sin poder hacerlo, gracias a la ingeniosa trampa de algún cerebro privilegiado que nos forzaba a tomar indefinidamente el camino que llevaba a las puertas del ayuntamiento.
En alguna de las varias ocasiones que había ocurrido eso, pensé que estarían las autoridades para darnos la bienvenida, pero como no fue así, decidí que, definitivamente, se estaban cachondeando del personal.
Cuando después de tres o cuatro intentos infructuosos, bastante sulfurado ya por el incidente, conseguí dar con la salida de la ciudad y tomar rumbo hacia Almería, pensé que, ciertamente, "YO TAMBIÉN ME HE SENTIDO TONTO INTENTANDO SEGUIR LAS SEÑALES PARA SALIR POR CARRETERA DE UNA CIUDAD EN LA ERA FORASTERO".