Ha pasado de ser una de las ciudades más atractivas de Europa a ser la más degradada, sucia e insegura. Es paraíso de carteristas, manteros, okupas, drogadictos y atracadores. Algunos ciudadanos empiezan a organizarse en comités de autodefensa asumiendo un riesgo impropio.
Tras muchas peticiones y presión social su inefable alcaldesa Colau convoca reuniones y promete medidas. Pero no reacciona con claridad y contundencia porque no puede traicionar a los suyos. Hay que recordar que llegó a la alcaldía desde la calle (algún día volverá a ella) y ha sabido atrincherarse en el Ayuntamiento con la ayuda de algunos partidos que deberían avergonzarse.
Su respuesta más adecuada ha sido decretar una subida del 40% en su sueldo, que ya era el mayor de España. Y mucha gente sigue creyendo que es una mujer seria. ¿No es genial?