En esta época de amor y felicidad en la que todos aparentamos ser inmensamente felices y dichosos, hasta alguien tan cardo y refunfuñona como yo no ha podido evitar dejarse llevar por el espíritu navideño que nos empuja a todos a una espiral de sonrisas y buenos deseos.
De esta manera, he llegado por casualidad a una página que, aunque a modo de coña, permite a cada usuario y persona normal de este nuestro loco mundo, hacer llegar una breve aunque exclusiva y personalizada felicitación navideña a cada uno de los directores de banco que han hecho que estas Navidades sean en casa de muchos de nosotros algo tristemente inolvidable.
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Posiblemente ellos se despierten el día de Reyes con miles de euros bajo el árbol (suizo) y nosotros no, pero como el Karma está ahí y siempre podemos ampararnos a él para hacer pequeños gestos que repercutan en algo mucho más grande al final del camino, pues ahí va mi pequeña aportación navideña.
¡Feliz Navidad señor Don José Ignacio Goirigoizarri!
Y bueno, sí… a vosotros también!