Un día duro en el trabajo: ¡podemos con todo!
El niño malo y tu haciendo frente a: fiebres, pediatra, cinco lavadoras porque vomitó de noche, trabajo, hogar.... ¡podemos con todo!
Noches sin dormir que suman meses.... o años.....: ¡podemos con todo!
Días interminable de trabajo a todo nivel, oficina, hogar, cole, extraescolares, la cena, tareas varias: ¡podemos con todo!
Gripazo del quince, fiebre pero aún así sin estar exenta de tus obligaciones: ¡podemos con todo!
Y así nos encontramos con una interminable lista de "podemos", y vamos con nuestro mantra martilleando en nuestro cerebro para intentar convencernos de algo que, nos guste o no nos guste, no es cierto. Aunque la pregunta que deberíamos hacernos es otra: Podemos sí, pero, ¿debemos?, ¿queremos?
¿Debemos asumir una responsabilidad diaria tan excesiva?
¿Debemos asumir que las cosas son así porque somos mujeres?
¿Debemos agachar la cabeza y creernos ese mantra que no es otra cosa que una mentira?
Supongo que es más fácil autoconvencernos de algo y no ver la cruda realidad. Y la cruda realidad es que podemos con todo porque nos lo exige la sociedad en la que vivimos. Podemos con todo porque es lo que hay. Podemos con todo porque sabemos que sino se quedará sin hacer.
¿Pero a costa de qué podemos con todo? A costa de nuestra salud física, y a veces también mental. A costa de nuestro trabajo, a veces incluso de nuestras carreras. A costa de nuestra vida en pareja. A costa de un mínimo tiempo de respiro. A costa de tanto....
Sé que muchas podréis decirme la tan manida frase de "pero merece la pena". Hoy no estoy hablando de eso, de lo mucho que merece la pena, de lo hermoso de la maternidad, etc, etc. Hoy escribo un post realista, algo crudo y quizá lleno de pesimismo. Pero también un post lleno de verdad.
Es una reflexión que lanzo, podemos sí, ¿pero queremos? Y, ¿cómo podemos mejorar esta situación a la que tantas mujeres y madres nos vemos abocadas?
