Revista Cultura y Ocio
(Encuesta de Sigma-Dos para Telecinco, en la que Podemos se sitúa en segundo lugar.)
Desde el éxito de las elecciones europeas, Podemos está cosechando cada vez más apoyo por parte de los votantes. Hace unas semanas, una encuesta realizada en la Comunidad Valenciana sobre los líderes políticos valencianos arrojaba que los preferidos para gobernar la comunidad autónoma eran Mónica Oltra, de Compromís, y "el candidato de Podemos". Esto demuestra, entre otras cosas, que la gente está harta de la política tradicional, ya asociada irremediablemente, a la corrupción y la falta de democracia.Ante esta tendencia, las alarmas se han activado. La política tradicional se ha visto superada por un partido que ha sabido canalizar la indignación y la rabia de la gente a través de un proyecto ilusionante. Esto es algo que hasta ahora no había logrado nadie, ni siquiera los líderes de los nuevos partidos que han ido surgiendo estos años de crisis política que vivimos. Podemos atrae tanto a la gente que, de hecho, cada vez que es criticado por el restod e partidos o por periodistas afines de un lado y de otro no hace más que aumentar la cuota de sus votantes y simpatizantes.No solo la política tradicional está asustada; también aquellos que van de radicales, protocomunistas, anarquistas, puros, revolucionarios, intelectuales marxistas. Critican a Podemos, dicen que es parte de la maquinaria de la política, que lo suyo es una pose para alcanzar el poder y chupar de él, que se pongan por encima de la dicotomía derecha-izquierda. Es normal que cada uno critique en base de su ideología. Es lícito y legítimo. Pero lo que me llama la atención de estos críticos es que no ofrecen ninguna alternativa. Muchos hablan de que Podemos no cambiará nada, porque no se puede cambiar nada desde dentro. Pero tampoco ofrecen ninguna solución ni hablan de cómo se pueden cambiar las cosas desde fuera o cómo se debe hacer la revolución.No sé en qué acabará todo lo de Podemos. Quizá alguna vez lleguen a gobernar. entonces veremos si son una decepción o no. De momento, nadie puede negar que son un soplo de aire fresco entre tanto corrupto y ladrón de una parte y de otra. Lo demás, el tiempo lo dirá. Yo, que hace tiempo empecé a desconfiar de los políticos, vuelvo a confiar gracias a Podemos (de los demás aún sigo desconfiando). Será que yo no tengo mucho poder o acceso a dinero público que perder.