El Parlamento Europeo, que representa a los 509 millones de ciudadanos de sus 28 países miembros aprobaba este miércoles una resolución instando a Nicolás Maduro a liberar a los presos políticos, a celebrar un referéndum revocatorio como recoge su Constitución, y a iniciar reformas que paren el empobrecimiento creciente del país.
En España, el padre de Leopoldo López, líder socialdemócrata encarcelado por Maduro el 18 de febrero de 2014, y su esposa, Lilian Tintori, reclamaban apoyo popular para la democratización de Venezuela y ayuda humanitaria porque allí incluso faltan ya los medicamentos más básicos.
Los dirigentes de Podemos, comunistas que propagandística y hábilmente se declaran ahora socialdemócratas, se oponían en el Parlamento Europeo a la demanda de libertad para los presos, a la vez que enviaban a sus militantes a boicotear los actos de Leopoldo López, padre, y de su esposa.
Gritos, acosos, los siniestros escraches contra ambos venezolanos sin ningún tipo de pudor, en Oviedo, Madrid, Salamanca, o donde se encuentren, calificando al preso de “terrorista” que “ojalá se muera”, y que “habría que colgarlo”.
Esta es la gente que apoyan cinco millones de españoles, muchos biempensantes, al votar al brutal marxismo-leninismo camuflado que se llama Podemos.
El único delito de Leopoldo López fue haberse opuesto al gobierno de Nicolás Maduro manifestándose pacíficamente con miles de seguidores de Voluntad Popular, su partido en la Internacional Socialista, como los socialistas europeos, incluido el PSOE.
Sufrieron un ataque de piquetes y policías del régimen, que provocaron 43 muertos en sus filas, de los que los tribunales asesorados por Podemos lo acusaron a él.
Millones de buenas personas no imaginan el peligro que supone para ellas mismas Podemos está maduro, sólo disimula mejor su necesidad de montar gulags y de cazar disidentes: socialfascismo, no socialdemocracia.
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