Podemos, que sería ya la tercera fuerza política tras el PP y el PSOE, no presentará candidatos a las elecciones municipales de mayo de 2015 “para llegar con mayor fuerza a las generales y cambiar el régimen”, según su líder Pablo Iglesias Turrión, PIT.
Quiere centrarse en “recuperar el control público en los sectores estratégicos de la economía: telecomunicaciones, energía, alimentación, transporte, sanitario, farmacéutico y educativo, mediante adquisición pública”; chavismo venezolano y la España franquista inicial, en la posguerra.
Pero la verdadera razón de no ir a las municipales seguramente es otra, visto que en su programa no aparecen ni una sola vez, ni una, las palabras municipio o ayuntamiento.
Es extraordinario porque todo partido democrático obtiene credibilidad administrando lo básico, gestionando pequeños, medianos y grandes municipios y todo tipo de organismos de menores a mayores, para ganar después las grandes elecciones.
Pero Podemos no nombra los ayuntamientos porque teme enfrentarse al anárquico desastre ciudadano que sería su gestión: este ese es el motivo que oculta.
El punto 3.7 de su programa ofrece, por ejemplo, la “Despenalización de la ocupación por parte de familias o personas en situación de vulnerabilidad o sin techo de viviendas vacías pertenecientes a bancos y cajas intervenidos o rescatados, o de viviendas vacías durante más de un año de inmobiliarias y promotoras”.
Todos los okupas y antisistema, sus primeros electores, alegarán vulnerabilidad para ocupar casas. De bancos, y de cualquiera. España plagada de Marinaledas, con matones allanándolas, lo que levantaría a la población contra ese partido.
Podemos quiere que los políticos de “la casta” se maten entre ellos en la selva municipal violenta que generarán sus antisistema, para que su nueva casta leninista pueda destruir el Estado desde la cumbre, como Chávez y Maduro.
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