Revista Opinión

Podemos no consigue fichar a Garzón. La Candidatura Popular se rompe

Publicado el 08 octubre 2015 por Rgalmazan @RGAlmazan

Ahora ya lo han reconocido. Era algo que muchos suponíamos. Una operación que en otros casos les ha salido bien: Fichar personajes con tirón para obtener más votos.

Pablo Iglesias y Carolina Bescanza lo han confirmado. Su objetivo no era la unión con Izquierda Unida sino fichar a Garzón para Podemos. O sea, su fin no era conseguir la Unidad Popular, sino aglutinar bajo la marca Podemos a los que puedan ayudarles a subir su marcador en las elecciones.

Ya lo ha dicho Alberto Garzón: esto no es un mercado de fichajes. Somos muchos los que creemos, de verdad, en la Unidad Popular, algo que no es posible si no están en ella Izquierda Unida y Podemos, además de otras organizaciones. Las dos formaciones son indispensable. Y Podemos lo ha echado por tierra.

Izquierda Unida quería repetir el éxito que unas candidaturas populares han tenido en los ayuntamientos el pasado 24 de mayo. Barcelona, Madrid, Cádiz, Coruña, Santiago han alcanzado, con candidaturas de Unidad Popular, el gran objetivo: desalojar a la derecha del poder municipal. Pero Podemos no lo ha visto así, ellos han pensado que con su marca podrían conseguir más votos, algo que va contra lo ocurrido en las últimas elecciones. Madrid con Podemos no consiguió ganar al PP y sin embargo Ahora Madrid sí que pudo con, ni más ni menos, Esperanza Aguirre.

Sin embargo, la contradicción de Podemos es enorme, puesto que en Galicia y Cataluña sí que habrá una candidatura única. ¿Por qué en esas comunidades sí y no en el resto del Estado? Las razones que dan los podemitas son poco consistentes.

No se puede negar que Izquierda Unida también se ha equivocado. Sin embargo, ha demostrado su pretensión de rectificar, ha fulminado a la antigua dirección en Madrid (ya saben, los amiguetes de Moral Santín: Ángel Pérez, Gregorio Gordo y demás morralla, apoyados incomprensiblemente por Izquierda Abierta, con Llamazares a la cabeza) demostrando que se ha desembarazado de los contaminados, sin importarle el coste político, con el fin de conseguir esa regeneración necesaria en la CAM. Ahora en IU queda la gente que desea de verdad la Unidad Popular y que ha trabajado y trabaja para ello. Es el momento de poder confluir.

La decisión de Podemos beneficia sin duda al bipartidismo, a aquellos que antes llamaban casta (hoy no se atreven puesto que han ayudado o han sido apoyados por uno de los actores, el PSOE, para gobernar en distintos municipios o CC.AA).

No son aceptables las condiciones de Podemos. Una Unidad Popular no se hace aplastando al otro, sino convergiendo, sin excluir a los demás. Por mucho que lo piense Pablo Iglesias –debería reaccionar, las encuestas, por desgracia, lo están diciendo a gritos, y por algo será— Podemos no es el centro del universo y no es lógico ni ético que quiera que todos se coloquen debajo de su paraguas, olvidando su procedencia. El primer paso de una Unidad Popular es unirse manteniendo sus propias características, no se puede pedir, por mucho que se considere superior un grupo, la rendición sin condiciones. Ahí sólo pueden encontrarse discrepancias y desencuentros.

Ahora en común

Las formas de este desencuentro han sido vergonzosas, después de una reunión entre ambas organizaciones y con el compromiso de otra futura, de forma unilateral y sin previo aviso, Podemos envió un comunicado de prensa para anunciar su decisión.

Garzón ha demostrado ser el verdadero alentador de una Candidatura de Unidad Popular y ha antepuesto, cosa que no hicieron otros, esos valores de unidad por encima de personalismos.

Ahora sólo queda apoyar la candidatura de Ahora en Común, a la que se ha unido IU, y tratar de conformar una lista plural que pueda obtener unos resultados dignos el 20-D. Una tristeza que se haya de competir con Podemos, pero así lo han querido.

Ya veremos después de las elecciones, todo lo que se ha perdido. Sin duda mucho. Porque parece mentira que, con esta ley electoral que tenemos, con la fórmula d’Hont y las provincias como circunscripciones electorales, Podemos no se haya dado cuenta de que, por ejemplo, los votos de IU (entre un 4% y un 6%, en las últimas encuestas) y los de Podemos (entre un 13 y un 16%), por separado no pasarán de 3 ó 4 diputados para IU y unos 40 para Podemos, mientras que si fueran juntos –al margen de los beneficios que se podrían obtener por esa unidad— con un 20% se podría llegar a los 60.

Qué le vamos a hacer, la izquierda (considero a Podemos de izquierda, en contra de los que ellos mismos dicen) parece destinada a seguir dividida per saecula-saeculorum. Uno de sus más graves problemas. Una verdadera tristeza donde el ego juego un papel importante.

Podemos no ha estado a la altura. Una mala noticia, muy mala, que puede hacer perder la ilusión de mucha gente de izquierdas y con ello llevar a un mal resultado para todos el 20-D. A pesar de todo sigo deseando lo mejor a las candidaturas del cambio, también a Podemos, aunque después de lo ocurrido, sólo cabe esperar que cada cual acepte sus responsabilidades. Si esta decisión lleva a que el Partido Popular vuelva a gobernar, solo o con Ciudadanos, no vale llamarse a andana. ¡Qué pena! ¡Qué oportunidad perdida!

Salud y República


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