Revista Salud y Bienestar
En estos dos meses los sanitarios hemos vivido situaciones muy duras. Las peores escenas han tenido lugar en las urgencias y en las UCIs hospitalarias por un lado y en las residencias de ancianos y algunos domicilios que hemos asistido desde los centros de salud por otro.
Para más de uno habrá un antes y un después. Algunas heridas curarán, otras no.
Muchos de nosotros estamos cansados, fatigados, heridos, tristes, agobiados...
Algunos nos hemos sentido abandonados, traicionados, sobrecargados, explotados, ninguneados...
Y frente a todo esto seguimos tratando de dar la cara, de cumplir lo mejor que podemos con la misión encomendada. Pero...
¿Dónde están los responsables que deberían velar por nosotros?
¿Por qué no han salido de su despacho?
¿Por qué no se han interesado, preguntado, acercado?
¿Por qué no han reconocido sus errores, retrasos o incapacidades como yo como profesional reconozco los míos?
Y no me extiendo más porque hoy el cuerpo no me acompaña.