Podemos, pero no en italia.

A la vista de los resultados de la encuesta del CIS, que sitúa a Podemos con una intención de voto que la convertiría en la tercera fuerza política del país, todos los partidos afectados y alguno de los no afectados se han puesto a atacar a Podemos o a Pablo Iglesias directamente o a racionalizar la, para ellos, mala noticia.

Los de IU se han puesto a interpretar cantos de sirena para atraerlos a una coalición y quizás repetir de esta forma lo que sus antepasados comunistas practicaron varias veces en el siglo XX con bienintencionados socialistas con los que se asociaron para después comérselos con patatas. En el PSOE consideran que Podemos es un partido poco serio, “de pancarta” como dijo Patxi Lopez, y en el PP, después de haber denunciado conexiones de Pablo Iglesias creo que incluso con Al Capone, Ana Botella después de la consabida Cup of café con leche dijo que eran “un brindis al sol”.

Pero la reacción más increíble fue la de UPyD que les acusó de ¡¡¡POPULISTAS!!!. Su portavoz afirmó sin romperse a carcajadas que el crecimiento de Podemos se debe a “la irrupción del populismo” , porque UPyD “huye de la demagogia, intentamos hacer propuestas serias, elaboradas” pero en momentos de crisis es más fácil que cale el mensaje populista. En esto último tiene toda la razón, porque en estos años de crisis ha sido cuando el mensaje de UPyD ha calado más hondo.

Aunque quizás este UPyD no es el partido propiedad de Rosa Diez, señora que recorrió todo el espectro ideológico en busca del éxito político hasta que se dio cuenta que la única forma de conseguirse un piso amplio y confortable en el Parlamento era averiguar lo que un porcentaje elevado de ciudadanos quieren oír, y después ponerse a decirlo y apropiárselo, aunque sea una chorrada, a ella le importe un bledo, y hace cuatro días haya dicho exactamente lo opuesto. En todos los países hay caraduras, pero en muchos países saben disimular mucho mejor que en España.

Se ha producido, y todavía se está produciendo otra andanada mediática, con la recaída en recesión de Italia, y su comparación con la súper-espectacular recuperación de nuestra economía, dirigida y liderada por Don Pelayo, ¡Huy, perdón! por Mariano Rajoy.

En primer lugar, no tengo nada contra las comparaciones, pero no pueden basarse en cifras que no son exactas. Muchos periódicos, por casualidad la mayoría de la caverna mediática, llevados de su fervor patriótico, hablan de una caída del PIB italiano del 2%, cuando en realidad es de dos décimas, o el 0,2%, y en cambio algunos olvidan mencionar que ya es la segunda caída trimestral, que en el primer trimestre ya fue del 0,1%, y es este segundo descenso lo que permite calificar el fenómeno como recaída en recesión.

Hace tiempo que estoy diciendo que la recuperación es muy lenta, y por lo tanto frágil, y lo que ha ocurrido en Italia es un buen ejemplo de esta fragilidad. De la misma forma que de mes a mes el PIB solo aumenta unas centésimas, puede también caer en porcentajes parecidos porque el margen es escasísimo, y si el fenómeno se repite varios meses ya tenemos el problema de Italia, cuando en realidad la diferencia en variación del PIB entre Italia y los países de su entorno no es elevada. Italia tiene el problema añadido que no se atrevieron a reformar las relaciones laborales y su nivel de salarios es todavía demasiado elevado para que no afecte a su competitividad, y en consecuencia a sus exportaciones que es el ingrediente principal que nos está sacando a nosotros de la crisis, aunque sea con demasiada lentitud.

De lo que deberíamos estar todos preocupados, incluido y en especial el actual y optimista gobierno, es que los problemas de Italia reflejan problemas generales de la U.E., una vez más consecuencia de las estúpidas medidas que se tomaron en el pasado inmediato y de la  sostenella y no enmendalla que ha dejado de ser una característica fundamental del carácter castellano para pasarlo a ser del carácter europeo de la desastrosa época Merkel. Problemas que afectan incluso a Alemania donde los pedidos industriales cayeron un 3,2% el pasado junio respecto al mes anterior, el mayor descenso desde septiembre del 2011. La demanda interna se contrajo un 1,9%, mientras que la externa lo hizo en un 4,1%. Pero el dato más relevante es que, dentro de esta, los pedidos de la eurozona cayeron más de un 10%.

Una vez más la comparación que no soporta el más mínimo análisis y cuya única solución es la huida en cuanto sea posible, es entre el desastre de los países que para su desgracia forman parte de la eurozona y la buena situación de los que tuvieron la suerte o la inteligencia de evitarla.

Y la situación puede empeorar todavía mas según lo que ocurra en Ucrania, otra situación creada por la Unión Estúpida que movida por la obsesión de Frau Merkel por crecer hacia el este, empezó a ofrecer algo así como las rebajas del siglo para conseguir la integración en la Unión de países como Rumanía y Bulgaria que estaban a una galaxia de distancia de las condiciones mínimas que se habían exigido a otros países como Polonia, Hungría e incluso España, pero no había problema porque como la U.E. estaba aplicando medidas de austeridad, habría dinero suficiente para financiar la adaptación de algunos desastres de países del este a la U.E., aunque la broma vaya a costarnos un dineral, y ya se sabe que todo el mundo quiere aprovecharse de las rebajas y por ese camino le hemos pisado el callo al Sr. Putin cuando varios países de su órbita, Ucrania, Moldavia y Georgia han querido  aprovechar las rebajas, con el agravante que uno de ellos, Ucrania, es su granero.

Aprovecho para adjuntaros dos chistes que he compartido en mi página de Facebook, que aunque sean chistes son muy serios.