¿PODEMOS? (y II)

Continuación…

Tal vez estaremos de acuerdo de que Podemos no lo tiene fácil para salir adelante, a pesar de que las encuestas de intención de voto les otorgan día a día un mayor apoyo público entre los ciudadanos. En pocos meses, se está codeando con los partidos mayoritarios del arco parlamentario. Su mensaje es populista, innovador y, a la vez, provocador, aunque personalmente pienso que el tiempo y la experiencia les hará modular ese mensaje y acercarse a la realidad actual, en un mundo complejo. Deberán demostrar su eficacia gestionando el poder y una administración pública arcaica e instalada en el inmobilismo, por ser leal a los partidos que les puso en una función pública vitalicia. Deberán demostrar que son capaces de llevar sus ideas revolucionarias hasta el stablishment, sin perder la confianza de la comunidad internacional y, sobre todo, sin atemorizar -más aún- al siempre prudente inversor y empresario de este país o de fuera. Deberá también establecer alianzas con movimientos y/o partidos similares que están apareciendo en otros países de Europa, como resistencia al neo-liberalismo omnipresente y que está actualmente demonizando la democracia e instalando la corrupción y el desmedido poder de la economía financiera y especulativa en el mundo entero y, obviamente, apartándola de la realidad de los ciudadanos. Deberán coexistir en un entorno de mayor tolerancia y, a la vez, una mayor diversidad.

Lo único que deberíamos tener claro es que las cosas -aquí y más allá- deben cambiar, con urgencia, devolviendo a la persona y a la iniciativa colectiva su papel, en un mundo cada día más inhumano, insolidario e injusto. Y Europa desde siempre ha sido -hay que reconocerlo- el modelo a seguir en la disrrupción y en los avances sociales, necesarios para ser un contrapeso efectivo ante los abusos de USA o de países emergentes en el poder, como la China o la India, aparte de frente a países de la órbita musulmana, beneficiados por poseer el hoy preciado petróleo.

Llega un nuevo paradigma a este mundo. La responsabilidad, la ética y la sostenibilidad. Para ello, la persona debe recobrar la centralidad de la sociedad y de todo en ella, ya sea la economía, la cultura o los beneficios sociales. Debe recobrarse la ética personal y social, además de crear una sociedad sostenible para los humanos y el entorno natural, el gran perjudicadod el Sistema actual en Occidente. Debemos cambiar la educación y la cultura, para propiciar el pleno debate y, entre todos, crear un mundo más digno y humano, más justo y más equlibrado para todos sus habitantes. Pero, sobre todo, debemos aceptar que no podemos seguir como estamos mucho más tiempo y que debemos confiar en el cambio, aunque actualmente no tengamos un modelo a seguir ni un prototipo de líder a obedecer incondicionalmente, otorgándole todo nuestro poder como ciudadanos. Debemos huír de las mayorías parlamentarias y volver a la participación y al debate público y abierto, al mayor control de las instituciones y de los gobernantes y, sobre todo, devolver el poder de la Democracia  a quienes nunca debieron perderlo, sus ciudadanos.

¿Es tal vez Podemos solo el inicio de esta necesaria revolución para traernos un mundo nuevo y más humano?