Revista Sociedad

Poder adquistivo: el problema no puede ser la solución

Publicado el 18 marzo 2014 por Albilores @Otracorriente

consumo

El paulatino aumento depoder adquisitivo, a partir del fin de la segunda guerra mundial, de los ciudadanos, que se dejaban arrastrar por las novedades tecnológicas y otros novedosos elementos más o menos necesarios en sus cada vez más modernas vidas,  y la reconstrucción europea gracias al empuje nada altruista de la gran potencia occidental por excelencia, Estados Unidos, trajo consigo un modelo socioeconómico basado en la producción, la globalización y el consumo masivo de todo tipo de bienes y servicios. Este modelo, poco a poco, durante toda la segunda mitad del siglo XX, se ha ido agrandando como una bola de nieve hasta desembocar en una profunda crisis del sistema a partir de 2007 y que ha alcanzado su pico más alto durante el trienio de 2011 a 2013.

Ante tal contratiempo, el sistema financiero, que pretende seguir beneficiándose de la falsa sensación de bienestar social que han tenido los ciudadanos junto con el paulatino aumento de su poder adquisitivo, ha optado, para salvarse e iniciar una lenta recuperación, por una medida muy discutible y con graves daños colaterales: nos referimos obviamente al rescate de la banca con dinero que proviene directamente del Estado, es decir, una medida intervencionista, (una actuación 100 % marxista y totalmente opuesta al modelo económico defendido por el capitalismo). De este modo, la banca se ha saneado durante estos dos últimos años, mientras que los Estados que han solicitado el rescate, como Grecia, Portugal, Irlanda o España, se han endeudado hasta límites insospechados; por centrarnos en nuestro país, un dato escalofriante es que al finalizar 2013 la deuda pública se ha situado por encima del 93 % del PIB.

A los ciudadanos, las decisiones político-económicas del rescate y saneamiento del sistema financiero les ha supuesto enormes sacrificios como la precariedad laboral, el empeoramiento de los servicios públicos –entre ellos la sanidad y la educación- o la imposibilidad casi absoluta de acceso al crédito, lo que les ha llevado a reducir el consumo prácticamente a bienes y servicios de primera necesidad. El resultado de esto, no es ya que las grandes empresas hayan bajado su producción, prescindido de mano de obra u optado por la deslocalización empresarial en busca de nuevos mercados emergentes y mano de obra más barata, que sí ha ocurrido; la conscuencia más grave ha sido que las PYMES y los autónomos han visto por un lado una disminución de sus ventas porque los ciudadanos han perdido mucho poder adquisitivo, por otro, sus deudas han crecido porque la banca les ha cerrado el crédito y no pueden hacer frente a sus acreedores. Las pocas PYMES que han sobrevivido lo han hecho gracias a las exportaciones, el resto lo tiene muy difícil.

Los factores que han provocado una caída del consumo, especialmente el los años 2012 y 2013 has sido los siguientes:

-La reforma laboral: el hecho de que se haya abaratado el despido y que uan empresa sólo tenga que prever pérdidas en un trimestre para realizar un ERE ha llevado a un gran número de trabajadores a perder su empleo y por tanto su poder adquisitivo ha caído lo que ha traído consigo la disminución del consumo en las familias. Por otro lado, en las nuevas contrataciones se ha impuesto la temporalidad laboral y la disminución salarial, con lo que, aun trabajando, también estos ciudadanos han perdido poder adquisitivo.

-Subidas de impuestos y aumento del IRPF: La subida de los impuestos indirectos como el IVA –hasta el 21 % el tipo máximo-, el litro de la gasolina, las tarifas energéticas, etc. han llevado a un mayor endeudamiento a las familias, las cuales han reducido su gasto en ocio y entretenimiento. Además, la subida del IRPF en las cotizaciones han acentuado esta tendencia en estos dos últimos años.

-El problema de las hipotecas: La pérdida del empleo, unida al aumento de los impuestos han provocado que muchas familias se hayan arruinado y hayan dejado de formas parte del sistema de consumo durante estos dos últimos años.

-La reforma de las pensiones: Las pensiones, tras la reforma del año 2013, han soportado por primera vez desde que se implantó el sistema de pensiones con el comienzo de la democracia, un aumento por debajo del IPC, con lo que un importante grupo social, los pensionistas, han perdido poder adquisitivo también a consecuencia de que la reforma prevé un desligamiento entre el IPC interanual y el incremento de su pensión.

En el sector empresarial. Las grandes empresas han sorteado la crisis gracias a que se han beneficiado de algunas de estas medidas, como la reforma laboral, pues, a costa de reducción de plantilla, de salarios y de la deslocalización de muchas de ellas, no han sufrido pérdidas, algunas incluso han obtenido beneficios. Entre las PYMES, las que han adaptado su producción y se han centrado en las exportaciones se han ido manteniendo hasta ahora, ya que las exportaciones han aumentado en estos dos últimos años, sin embargo esta tendencia ya da síntomas de agotamiento, pues a finales de 2013, las exportaciones han disminuido considerablemente.

La conclusión de lo ocurrido en estos dos últimos años 2012 y 2013 es que, por una parte, como miembros de una sociedad occidental con un modelo capitalista impuesto por Estados Unidos, a cada individuo se le inculca un comportamiento compulsivo de consumir, cambiar y adquirir continuamente todo tipo de cosas materiales, en su mayor parte innecesarias. Por otra, el colapso y crisis del sistema financiero, ha provocado que se hayan antepuesto los intereses económicos de las grandes empresas a los intereses económicos de los individuos y de los ciudadanos, los cuales han sido educados para adquirir unos hábitos de consumo que ya no pueden llevar a cabo porque han perdido poder adquisitivo. La clave para restablecer y recuperar el equilibrio del sistema es conseguir que la sociedad recupere la capacidad económica que les permita volver a consumir y retornar a su nivel de vida previo a la crisis económica, pero esto, lejos de ser una solución sería de nuevo un parche porque el problema es, precisamente, esa necesidad consumista que ha creado una sociedad en la que los únicos valores que se respetan son los del dinero y el poder económico.


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