Una parte de tu poder la recibiste de la organización en la que trabajas. Hubo un momento en que se distribuyó el poder de manera formal entre todos los miembros de su capital humano. Por ello el estatus que ocupas lleva asignado una dotación de poder. Así, tu posición es una fuente de poder que, al ocuparla, te permite influir sobre el comportamiento de los demás. También recibes de la organización el poder de recompensa, en la medida que puedes asignar compensaciones y reconocimientos a tu equipo humano; así como poder de coerción pues ellos verán en ti la capacidad de sancionarles si no cumplen tus instrucciones. Todo el poder que te da la organzación no te pertenece. Está asociado al estatus que te corresponde y desaparecerá cuando abandones esa posición.
La otra parte de tu poder reside en tu persona. Tienes una habilidad para utilizar tus bases de poder como recurso con el que coordinar e influir sobre los demás. Esta habilidad se halla en tu capacidad de apoyo, esa competencia que tienes para estimular la implicación de los demás en sus desafíos y sus metas. También reside en todo tu conocimiento, en aquellas destrezas que posees para desarrollar las tareas asociadas a tu posición. Se encuentra en tus habilidades interpersonales, aquellas que te ayudan a comunicarte con los demás, a respetarlos, a confiar y a empatizar con ellos. Tu poder individual reside en tí y no en el estatus que ocupas en la organización. Sin embargo la organización puede desarrollar actividades para ayudarte a cultivarlos y a desarrollarlos, pero también para inhibirlos y bloquearlos.
Los estilos de liderazgo más coercitivos se ejercen desde el poder por coerción y por posición. Los estilos más controladores, los que Mc Gregor describe en su Teoría X, se apoyan fundamentalmente en el poder organizacional (coerción, posición y recompensa).
Un estilo cercano al líder-coach ejercerá el liderazgo desde la posición, la recompensa, el conocimiento y el apoyo. Se centrará en el desarrollo personal y en el crecimiento profesional de las personas. No obstante, deberá trabajar para que las personas sean autónomas, y no dependientes de las personas que tienen más experiencia o que ocupan posiciones superiores en la organización.
Los estilos de liderazgo más participativos se centran en las recompensas, en el apoyo, en las competencias interpersonales, en la posición y en el conocimiento. Fomentan la creatividad, la resolución de problemas y la toma de decisiones. Generan relaciones cooperación y no dejan espacio para los juegos de poder.
Te propongo un ejercicio para este verano: haz un inventario de tus bases de poder. Ten presente cuáles de ellas están asociadas a tu puesto de trabajo y cuáles de ellas forman parte de tu bagaje personal. Considera cómo estás utilizando estas bases y cómo estas han definido el líder que en que te has convertido. El liderazgo no es más que la forma en que utilizas tu poder para influir en las acciones de los demás.
NOTAS
Estas distinciones en torno al poder personal, el poder organizacional y sus fuentes corresponden a Rosa Krausz. Rosa ha sido recientemente galardonada con el premio Eric Berne 2012. El mes pasado pude disfrutar de su generosidad a la hora de documentarme para una investigación. Valga este artículo para expresarle todo mi agradecimiento, mi reconocimiento y mi admiración.