Hay días que el tiempo pasa con la ligereza de la felicidad y verte hace que la felicidad sea exponencial.
En cualquier caso, los días de tiempos oscuros y lúgubres donde la realidad no cuenta una historia bonita, consigues que irradie el Sol tras la nube y nunca sea gris del todo.
Haces que el día sea mejor y la noche inmejorable.
Porque siempre he visto en la noche la amabilidad de la Vida. Sosegada en su paz, la Luna nos enseña lo que se esconde tras la Luz implacable del Sol y esa visión, nos transforma. Siempre a mejor.
Y tú haces que siempre sea a inmejorable.
Hoy la química no juega en mi contra, ni a mi favor… sólo juega conmigo. Y yo también sé jugar a ese juego. Porque con el tiempo, ése en el que tú no estabas, aprendí que las letras ponen fin a los pensamientos, ponen el objetivo y encuentran su comienzo a la historia que quieren desempeñar.
Y hoy la historia eres Tú, la única que importa. En mis paralelismos hay cosas que no encajan e historias sin felicidad, pero no importan. Porque hoy sólo importas Tú.