Revista Cultura y Ocio

Poema de la fundación del mundo

Por Calvodemora
Despréndase de todo lo que sabe, borre los registros del corazón,piense en usted como si acabara de ser presentado en sociedad, nadie le conoce, a nadie conoce, abra los ojos, haga un acta somera de lo que acaba de ver, empiece por la luz, sienta su fiereza, siga con los árboles limpios en su fronda bondadosa y con el agua en el arrullo sereno de un aljibe y con el alto cielo en la bóveda celeste, no escatime un ápice de atención, todo está ahí por usted, deje que el aire fluya adentro, no se permita el desaliento, apártelo como quien rehuye el fuego, apreste la voluntad al delirio de los sentidos, imprégnese de júbilo, está a mano, no se le resistirá cuando lo anhele, convoque el numen secreto de las cosas, hágase a la idea de que todo lo que contempla está ahí para que usted lo gobierne, siéntase hospitalario consigo mismo, cuide de que toda esa riqueza recién alumbrada no se deshaga cuando irrumpa la sombra o cuando sienta abatirse el deseo, puesto que flaqueará y sentirá mil dolores pequeños y algún quebranto de más hondura,no rebaje el entusiasmo recién adquirido, ni se amedrente con cualquier contratiempo,si la adversidad lo cerca y merma, piense en la belleza o en el amor, ámese con ardor y con disciplina, ámese por encima de todas las cosas,por encima de los demás y de los dioses,ámese con dedicación absoluta, sin merma ni desánimo,nombre al corazón albacea de sus sueños,no escuche discursos grises, ni los diga usted,lea panfletos de alegría, escriba las jaculatorias de la dicha ,no se despierte con la retórica del que lo ha visto todo,que todo está por ver y la función acaba de empezar,dese los caprichos que lo iluminen, verá que cuanto más luz desprenda más luz acudirá y con mayor festejo será suya, arrumbe la pena con el que será herido a poco que avance el paso y el dolor no restañe,tenga la certeza de que no habrá dos días iguales, que el único templo en el que postrarse lo llevamos a cuestas, y que depende de nosotros que sea acogedor o nos repruebe y haga sufrir, que venimos sin nada y marchamos sin nada, que la travesía es prestada y nada al final es nuestro.

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