Revista Libros

poema de Lito Pesolani (alias Joaquín Morales)

Publicado el 14 agosto 2010 por Barcoborracho

(fragmento)

no sé cómo invocarte



y el color de mi fama predilecta

no presume en tu bandera, y tan cantado

tal motivo, en ajenas palabras deliciosas

serenado ya este tema que apasiona,

oh rétor amistoso, capelú,

che dúki, oh cuate mío

- apóstrofe se llama la figura --

no sé para qué invocarte


que calmado/que asustado en tu consuelo

de haber vencido por un rato a muerte y tiempo,

o maneras de decirlo,

de haber tirado migas o alcanzado un platito de leche tibia

a la frágil cosa acurrucada

entre costillas e hilachas de melancolía,

reflejadamente tuyas,

humana combustión que te decora

con la impresión difusa de estar vivo --

que si tracción violenta de tu cuello

su perfección encuentra en lucimiento

de floreada corbata

(por respetar estilo y la memoria de magos amigos

igualmente difuntos en provinciana pero elegante gloria)

lo públicamente mejor de tus acciones y pasiones

será el haber obedecido a su potencia,

ropa vieja mas persona nueva:

ergo, eia,

preguntemos:

qué clase de muerte para quién:

no seguramente muerte así para el que fue mi amigo Ciro el marginal que se dejaba flagelar por educados señores a cambio de billetes de un áspero color indefinible como cada uno de sus días opacos y llenos de alcohol;

muerto y enterrado después de shock hipovolémico por herida de arma blanca a la altura de la tetilla izquierda. El criminal incidente fue colofón de una riña de bar en el barrio San Felipe iniciada entre compañeros de trago. Por razones que se desconocen, el occiso y un desconocido con quien estaba departiendo se trenzó [sic] en una lucha cuerpo a cuerpo. En un descuido, el homicida compañero de copas extrajo un estoque (arma blanca artesanal de uso en las cárceles) [sic] y lo hundió en el pecho de ********. En medio de la confusión generada consiguió huir del lugar del hecho y

no seguramente muertecita para monna Vanessa que recorre alcoholizada y piradísima el ascensor y los pasillos del condominio por si algún habitante con buena onda remienda con propinas de amor los agujeros de la ropa interior de su alma por donde se le escapa la vida a borbotones, por donde fluye su confundida nada, pobrecita Vanessa;

no seguramente muerte para mí por completo, ni para partes de esta esponjosa, blanda persona

el cadáver grasiento que humeaba al principio, resto del sacrificio a los dioses, y los huecos dioses tuercen la trompa, reprueban la pestilencia dulcísima o el vocativo divino que es columnita de humo sacrificial emitido entre vapores de terror y extraños ruiditos quejumbrosos que fritadas tripas pronuncian, la destrucción de la parte más amada del ser por un caprichoso signo ultraterreno, extramundano,

pero sí el estar completamente muerto -

por completa muerte mente

mors

manó

Tod

death

mort

la Parca

calma y refugio de los desórdenes de la bienaventuranza,

muerte completa yo, ya muerto, compadre, auguro

a quien iluso crea que puede

escribir o mejorar su amor

por amor cortés leyendo--

o matar

--por hambre, por exceso, por sofocación, por muchedumbre--

matar y extinguir su amor,

misser,

mi reina,

por meramente amando.

De

TRATADO DE [di]GLOS[S]AS SOBRE CLAUSULAS

e

ANALECTA DE diSCURSOS EXEMPLARES+

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