De noche.
Solo cuando el sol deja de irradiar su bulliciosa presencia es cuando la
paz me recubre con la bondad del brillo de un diamante reflejado por los
mas finos y puros pensamientos, unos, que siempre y cada noche me recuerdan a ella.
No hay comparación del grandioso silencio que encuentro con esa dama, y
aunque ojos de desprevenidas joyas me observen, me siento tranquilo, algo
que tan solo de noche puedo redactar, pues sabrás querida, la inmensidad de
mirar al horizonte es el significado de un efímero pensamiento de lo que alguna ves olvide decirte, y siempre te lo terminaré recordando.
Ya hace bastantes horas me sentía abrumado, cansado de una carga que todos poseemos, pero contigo, mi luz, esa luz mas cálida que la que ofrece el mismo sol, me das esa paz amada mía que con tanto esmero busco siempre en donde se que no la encontraré hasta que llegas, como cada ves y siempre a darme tu apoyo, pero solo sucede de noche.
Mirar esa clara oscuridad es la única manera que puedo sentirme en
calma, sentirme realmente deseoso de ti, de ese gran farol de tu
corazón que intento tomar desesperadamente entre mis dedos que a la ves
los traspasas como si de agua se tratase, pero esta bien, puedo beber,
saciarme de mi sed, esa sed de ti, de mi alma.
-Fernando Cast.-
Foto de: Jose Luis Angulo. Peru.
Derechos reservados. la obra literaria es mía. Luis Fernando Castañeda Casiano. Escritor.